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Decencia Democrática. Columna de la Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez @JuridicaAsesora

6/27/2021

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Decencia Democrática
 
Por:  Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez

Colombia, según la Constitución Política, es un Estado social de derecho, DEMOCRÁTICO, participativo y pluralista. Y claro que según la carta constitucional Colombia es muchas otras cosas que hacen parte de los sueños de quienes hacemos parte de esta patria, pero en tanto sueños y evocando el poema de Calderón de la Barca: los sueños, sueños son. Y tal parece que eso es lo que es la democracia en nuestro país, un sueño, pero que, infortunadamente, se vive como una pesadilla porque no se comprende, aún, lo que ella realmente significa, el valor que tiene y lo que representa para que las personas se realicen.
 
La democracia es una forma de gobierno que surgió en la antigua Grecia y lleva consigo la posibilidad de que todos, no solo algunos, participen de forma activa en las decisiones que los afecten. Es un modelo que sirve de antónimo a las dictaduras y los totalitarismos y es, además, una manera ideal de procurar que las personas no solamente hagan parte de una sociedad, sino que se sientan realmente parte de ella y sean tenidas en cuenta.

Sobre esta forma de gobierno, Naciones Unidas en el año 2000 “recomendó una serie de importantes medidas legislativas, institucionales y prácticas para consolidar la democracia (resolución 2000/47), y en 2002, declaró como elementos esenciales de la democracia los siguientes: 


  • Respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales; 
  • Libertad de asociación; 
  • Libertad de expresión y de opinión; 
  • Acceso al poder y su ejercicio de conformidad con el imperio de la ley; 
  • La celebración de elecciones periódicas, libres y justas por sufragio universal y por voto secreto como expresión de la voluntad de la población; 
  • Un sistema pluralista de partidos y organizaciones políticas; 
  • La separación de poderes; 
  • La independencia del poder judicial; 
  • La transparencia y la responsabilidad en la administración pública; 
  • Medios de información, libres, independientes y pluralistas.”[1]

Y agregó este organismo internacional que “los valores de la libertad, el respeto a los derechos humanos y el principio de la celebración de elecciones periódicas por sufragio universal son elementos esenciales de la democracia; a su vez, la democracia proporciona el entorno natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos. Estos valores están incorporados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y desarrollados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que consagra una serie de derechos políticos y libertades civiles que sustentan democracias significativas.[2]
 
La democracia es una de las mayores conquistas que ha hecho la humanidad porque es la que le permite realizar esa humanidad, de hecho, el Economista, Filósofo y Nobel de Economía Amartya Sen en uno de sus Artículos titulado La democracia como valor universal, se refiere a ella no solamente como uno de los mayores logros del siglo XX, sino que la consideró como “la única forma de gobierno aceptable.”[3]  Agregó este autor que: “tuvo que pasar mucho tiempo para que surgiera tal y como la conocemos hoy en día. Fueron varios los acontecimientos que permitieron su gradual y finalmente exitosa instauración como sistema efectivo de gobierno, desde la firma de la Carta Magna en 1215 hasta la universalización del sufragio en Europa y Norteamérica en el siglo XX, pasando por las revoluciones francesa y norteamericana del siglo XIX. Sin embargo, sólo en el siglo XX llegó a establecerse como la forma “normal” de gobierno a la que tiene derecho cualquier nación, sea en Europa, América, Asia o África.”[4]

Pero ¿qué es exactamente la democracia? Sen responde esta pregunta indicando que: “No se debe identificar la democracia únicamente con el gobierno de la mayoría. La democracia implica exigencias complejas, que incluyen el voto y el respeto hacia los resultados de las elecciones, pero también implica la protección de las libertades, el respeto a los derechos legales y la garantía de la libre expresión y distribución de información y crítica. Incluso las elecciones pueden resultar lesivas si tienen lugar sin que los diferentes contendientes tengan la oportunidad de presentar sus programas, o sin que el electorado goce de la libertad de obtener información y de considerar los puntos de vista de los principales partidos. La democracia es un sistema exigente, no una simple condición mecánica –el gobierno de la mayoría– tomada de forma aislada. 

Vistos así, los méritos de la democracia y la afirmación de su valor universal pueden relacionarse con algunas virtudes distintas inherentes a su práctica sin restricciones. De hecho, se puede decir que la democracia enriquece la vida de los ciudadanos de tres formas diferentes. Primero, la libertad política se inscribe dentro de la libertad humana en general, y el ejercicio de los derechos civiles y políticos es una parte crucial de la vida de los individuos en tanto seres sociales. La participación social y política posee un valor intrínseco para la vida y el bienestar de los hombres. El hecho de impedir la participación en la vida política de la comunidad constituye una privación capital. 

Segundo, como acabo de señalar–cuando impugnaba la afirmación de que la democracia está reñida con el desarrollo económico–, la democracia posee un importante valor instrumental en el reforzamiento de la respuesta obtenida por el pueblo cuando expresa y sostiene sus demandas de atención política –incluidas las demandas económicas–. Tercero –y este es un punto que exige una mayor profundización–, la práctica de la democracia ofrece a los ciudadanos la oportunidad de aprender unos de otros y ayuda a la sociedad a formar sus valores y prioridades. Hasta la idea de “lo necesario”, aun la comprensión de las “necesidades económicas” requiere el debate público y el intercambio de información, opiniones y análisis. En este sentido, la democracia posee una importancia constructiva, además de su valor intrínseco para las vidas de los ciudadanos y de su valor instrumental en las decisiones políticas. La defensa de la democracia como valor universal deberá tener en cuenta toda esta diversidad de consideraciones.”[5]

En el contexto anterior, quise titular esta columna como Decencia Democrática con el fin de promover la reflexión en relación con ella, pero sobre todo, acerca de lo que estamos haciendo con ella que es usarla como bandera para realizar ansias de poder y venganzas, para desconocer de forma flagrante la comunidad a la que se le debe servir y no explotar, ni amedrentar o someter. 
 
La democracia como bien lo indicó Amartya Sen no es un asunto que se reduzca a una decisión de las mayorías, sino que ella debe implicar toda una práctica de lo que denomino modales democráticos, como otrora era el Manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño. Es decir, la democracia implica no solo actos, sino conductas con prácticas democráticas reales y no aparentes (modales democráticos). Lleva consigo ese reconocimiento de los derechos humanos de todos y por todos y no solamente el reclamo de ellos para su propio beneficios, mientras en la práctica quién los reclama se los desconoce a otros. 
 
La decencia democrática es poner en práctica los elementos esenciales de la democracia que adoptó Naciones Unidas, ya mencionados, pero es también y retomando a Sen “la oportunidad de aprender unos de otros porque la democracia ayuda a la sociedad a formar sus valores y prioridades. Hasta la idea de “lo necesario”, aun la comprensión de las “necesidades económicas” requiere el debate público y el intercambio de información, opiniones y análisis.”

En ese orden de ideas, no hay decencia democrática en los bloqueos, en limitar con ellos el acceso a la salud y otros servicios públicos, en la destrucción de la propiedad privada y pública, en el ataque a civiles y a la fuerza pública, en limitar la alimentación y el abastecimiento y menos en que las vías se conviertan en trampas mortales para motociclistas, es decir que no hay decencia democrática en todo aquello que afecta los derechos humanos y las libertades fundamentales. Pero tampoco la hay cuando se compromete la separación de poderes, la independencia del poder judicial o cuando los jueces con sus decisiones deciden impedir prácticas democráticas. Igualmente no la hay cuando se afecta la transparencia y la responsabilidad en la administración pública nacional y local y cuando los medios de información son sometidos a la censura o cuando se prestan para informar de manera sesgada la verdad de cualquier acontecimiento. 

Y en tanto la democracia lleva intrínseco el bienestar de todos mediante el ejercicio de derechos y libertades, el trabajo como parte de ellos, no hay decencia democrática en una sociedad holgazana que es aquella caracterizada por el amor a lo gratis, el desprecio por el trabajo, la vida fácil y los deseos de tenerlo todo, sin hacer absolutamente nada.  Esa que cree merecerlo todo y que no se supera, que toda exigencia la considera un maltrato y que cualquier trabajo por mínimo que sea le queda grande. 
 
No hay decencia democrática en la sociedad indiferente que equivale a aquella que es perezosa y carente de amor, porque como lo afirma Aldous Huxley “La indiferencia es una forma de pereza, y la pereza es uno de los síntomas del desamor. Nadie es haragán con lo que ama” y en la indecencia no hay amor. La decencia democrática, además de implicar buenos modales democráticos, es también amor a la democracia.

 
 
 Referencias:
 
[1] Naciones Unidas.  La Democracia y los Derechos Humanos. Recuperado de:  https://www.un.org/es/events/democracyday/2008/pdf/DEMOCRACIAYDERECHOSHUMANOSDEFINITIVO.pdf

[2] Ibidem

[3] SEN, Amartya. La democracia como valor universal.  Discurso pronunciado en el Congreso por la Democracia celebrado en Nueva Delhi (febrero de 1999), to- mado del Journal of Democracy, julio de 1999, vol. 10, número 3, pp. 3-17, The John Hopkins University Press and National Endowment for Democracy.  Recuperado de:  http://www.circulodoxa.org/documentos/Amartya%20Sen,1999%20%28VI%29.pdf

[4] Ibidem

[5] Ibidem

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Legislaturas para lo inútil y no para lo necesario. Columna de la Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez @JuridicaAsesora

6/19/2021

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Legislaturas para lo inútil y no para lo necesario
 
Por:  Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
 

El 3 de febrero del año 2014 publiqué una columna titulada “Hay que leer las Leyes, los Proyectos de Ley y toda disposición jurídica formada y en formación” y lo hice con el fin de llamar la atención en como “a veces nos distraemos tanto con los hechos noticiosos del momento que dedicamos el tiempo a ofrecer opiniones que, por lo general, no pasan del plano político y trascienden muy poco a lo jurídico. Y mientras nos distraemos, o tal vez nos distraen, con las noticias de última hora, por lo general bastante escandalosas, se han adelantado y adelantan en el Congreso de la República y en el Gobierno, reformas legislativas y reglamentaciones, respectivamente, lejanas del Estado Social de Derecho, que afectan y han afectado derechos constitucionales fundamentales y servicios públicos como la Justicia, la Salud, la Educación, la Seguridad, entre otros.  Disposiciones jurídicas viciadas de invalidez sustancial o colmadas de lagunas normativas, técnicas, axiológicas o institucionales.”[1]
 
La reflexión en esa época era propicia porque venían adelantando varias reformas aparentemente buenas para los derechos fundamentales, pero que no lo eran,  tal fue pro ejemplo la reforma a la Educación Superior que buscaba para ella el ánimo de lucro y que por lo tanto desató un paro nacional y tuvo que ser retirada por el entonces Presidente Juan Manuel Santos y su Ministra de Educación María Fernanda Campo Saavedra.  Ellos al calmar los ánimos con el retiro de la reforma buscaron un camino más silencioso y el mismo objetivo lo lograron incluyendo un  “articulito” que posibilita la inversión privada en la educación con ánimo de lucro y que introdujeron con la ayuda del Congreso en la ley 1508 de 2012, la cual no fue objetada porque, calmados los ánimos de los otrora manifestantes con el retiro de la reforma, ellos se distrajeron y perdieron lo que tanto defendieron y como lo indiqué también en una antigua columna “Sin necesidad de la reforma a la Ley 30 de 1992, inversionistas privados sí podrán, hasta por 30 años, explotar la educación como servicio público e inyectarle capital, obteniendo lucro.  Ver columna en http://www.vozjuridica.com/ley-1508-de-2012-inversioacuten-privada-en-educacioacuten-superior-gloria-yaneth-veacutelez-peacuterez.html.
 
Pero esta misma reflexión y llamado a leer las leyes y los proyectos de ley, entre otros, y que retomo en esta columna, está más vigente que nunca, porque 7 años después encontramos que las manías, mañas y artimañas para legislar, reglamentar y dejar de hacerlo cuando a algunos les conviene, no han cambiado.  Y se afirma que no han cambiado porque lo que se está recibiendo como gestión legislativa del Congreso de la República son productos chatarra, esos que parecen saber muy bien, pero que sientan muy mal, tal es el caso de la cadena perpetua en delitos sexuales contra menores, la penalización de lo que hemos dado por llamar “piropo callejero” y así otro tanto que no acerca justicia, igualdad y confianza como por ejemplo la reforma a la Justicia que parece más una modificación a perfiles, no para que accedan a los cargos los más más, sino los más menos, esos que cual camaleones encajan en cualquier cargo, porque tienen leyes que se fabrican a su medida para que ocupen los cargos más altos, aunque tengan los perfiles más bajos o menos idóneos. 
 
Pero también está el hundimiento del proyecto de ley que procuraba prohibir el fracking (fracturación hidráulica) en Colombia, práctica que atenta, entre otros, contra las posibilidades de alcanzar el Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible, el cual alude a lograr la cobertura de agua para todos, para que nadie se quede atrás, ni carezca de tan vital recurso. Sin embargo, con ocasión de la cantidad de agua que el fracking usa y la que contamina, lleva a que se sobreponga una actividad de interés privado sobre el interés general mundialmente consensuado: conservar el medio ambiente, restaurar los ecosistemas, curar a la naturaleza, disminuir la sismicidad y precaver daños a la salud pública.
 
Y ya lo dijo Montesquieu “las leyes inútiles debilitan a las necesarias” así que ser desatentos, distraídos o indiferentes a la evaluación constante de la normativa que se expide o pretende expedir, hace que se pierda de vista el sentido y significado del Estado Social de Derecho y se deje abierta una compuerta para que se expidan leyes inútiles para la mayoría de los ciudadanos, pero eso sí, muy útiles para unas minorías que no tiene nada de vulnerables, porque… ¿a quién beneficia el fracking y la reforma a la justicia? Porque a la ciudadanía definitivamente no es.


 
Referencias:

[1] VÉLEZ PÉREZ, Gloria Yaneth.  Hay que leer las Leyes, los Proyectos de Ley y toda disposición jurídica formada y en formación. Revista Jurídica VOZ JURÍDICA. 2014. Recuperado de:  https://www.vozjuridica.com/columnista-abogada-gloria-yaneth-velez-perez/hay-que-leer-las-leyes-los-proyectos-de-ley-y-toda-disposicin-jurdica-formada-y-en-formacin

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Un paro que deja más pobreza, más pérdidas, más conflicto y + - tendrá como resultado una victoria pírrica ¿esa es la cuestión o la ecuación? Columna de la Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez @JuridicaAsesora

6/12/2021

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Un paro que deja más pobreza, más pérdidas, más conflicto y + - tendrá como resultado una victoria pírrica ¿esa es la cuestión o la ecuación?
 
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez

En lo que va corrido del siglo XXI y a 30 años de vigencia de la Constitución Política de 1991, Colombia atraviesa uno de los mayores ceses de actividades con ocasión del denominado paro nacional.
 
Este acontecimiento que se lleva a cabo bajo el amparo del derecho a manifestarse consagrado en el Artículo 37 de la Constitución Política, ha tomado un significativo protagonismo y, por supuesto, no se discute que de toda manifestación el protagonismo debe hacer parte del resultado esperado, porque, es obvio que, quién levanta la voz: algo quiere, rechaza o reclama y máxime cuando quien levanta la voz es una multitud. Por lo tanto, manifestarse no es, ni debe ser, un problema, siempre que como derecho se ejerza de forma pacífica aunque a muchos los incomode, porque si no incomoda no se nota y lo que no se nota, no se toma en cuenta y eso es una verdad de Perogrullo (una tautología). Y el hecho de que incomode no le resta lo pacífico a una manifestación, siempre que lo sea.
 
No obstante, el paro nacional y su forma de contenerlo tomaron un rol de protagonistas y antagonistas de una serie de terror en la que los buenos y los malos y los malos y los buenos, no se manifiestan, sino que combaten. No se escuchan, sino que disputan. No se atienden, sino que mutuamente se atacan, ofenden y defienden. No se reconocen en su humanidad, sino que se enfrentan sin piedad. Incluso, basta una mirada a las redes sociales, o las noticias por medios tradicionales y alternativos, escritos y audiovisuales, para leer, oír y ver, una secuencia sobre el paro al mejor estilo de un largo metraje  dirigido y producido con toda la acción posible para exhibirlo en el séptimo arte. Lo terrible de esto es que no se trata de ficción, sino de una trágica realidad que está conmocionando a toda una nación y no a un grupo de cineastas y cinéfilos.

 
Lo anterior se anota para reflexionar en relación con el balance general y el estado de resultados que puede hoy identificarse en el contexto del paro nacional y que definitivamente no es para nada alentador, pero sí bastante preocupante. Esta afirmación la baso en las recientes cifras que el medio de información CNN publicó el 11 de junio de 2021 con un llamativo titular:  “Daños y pérdidas económicas por el paro nacional en Colombia: estas son las cifras”[1]

CNN al referirse al paro nacional en Colombia partió de afirmar que el mismo “se ha extendido por casi un mes y medio y ha dejado pérdidas económicas de casi US$3.000 millones, según el Ministerio de Hacienda, una situación que según empresarios y el propio gobierno está deteriorando la capacidad económica del país, y a corto plazo afecta a las clases menos favorecidas.

Días de bloqueos en las principales vías del país han generado aumento de precios de alimentos, pérdidas millonarias de productos agrícolas y una amenaza para la recuperación económica del país que ya venía sufriendo por cuenta de la crisis de la pandemia, según el gobierno y sectores empresariales.”
[2]


Estos datos son alarmantes sobre todo en una época en la que es indispensable trabajar arduamente en una reactivación económica con ocasión de las pérdidas que había dejado y sigue dejando la pandemia y de las que ningún sector se ha librado aunque sea en menor proporción. Lo del aumento de los precios en los alimentos es una realidad y ya los 12 huevos que le costaban al otrora Ministro de Hacienda $1800, no se convirtieron ni en los "3 huevitos" porque durante las protestas ha disminuido la confianza inversionista, los avances sociales y la seguridad, pero aunque se puedan encontrar huevos, el sector avícola no está libre de la afectación tal y como lo hizo público RCN Radio a través de su sitio web en el cual informó que: "Van más de 10 millones de aves muertas en Colombia por cuenta de bloqueos: Fenavi"[3]

Retomando la noticia de CNN en relación con los daños y pérdidas, ellas se concretan en:

"1. Pérdidas humanas y lesiones personales
 
- Son 45 muertos en el marco de las manifestaciones hasta el 4 de junio, dice el más reciente reporte del Ministerio de Defensa.

- 21 muertos y 11 más en proceso de clarificación, según un reporte reciente de Human Rights Watch.

- 45 manifestantes muertos presuntamente a manos de la fuerza pública, según la ONG Temblores.

El inspector general de policía Jorge Luis Ramírez dijo hace unas semanas que su oficina está investigando 170 casos de abuso a manos de la policía. Once de esos casos están directamente relacionados con la muerte de manifestantes a manos de policías.

También:

- 1.108 personas heridas, según el Ministerio de Defensa.
-  65 lesiones oculares, según la ONG Temblores.
-  114 personas desaparecidas, según el reporte de Human Rights Watch; 78 casos de personas dadas como desaparecidas según el Ministerio de Defensa.

La Policía Nacional le dijo a CNN que en el momento hay 11 investigaciones en la Inspección General de la Policía por lesiones oculares por hechos ocurridos en Bogotá, Popayán, Neiva, Medellín y Risaralda. Las investigaciones se dan por presunta agresión física o presunto abuso de autoridad, dijo la Policía.”[4]

2. Protestas y bloqueos

Desde el 28 de abril hasta el 4 de junio se han realizado 12.478 actividades de protesta social en 862 municipios de los 32 departamentos, según el Ministerio de Defensa.

Durante las protestas se han realizado 3.190 bloqueos en 26 departamentos y 241 municipios del país. La mayoría de ellos se han realizado en: Valle del Cauca 230 (27%), Cundinamarca 75 (8,9%), Bogotá, 64 (7,6%), Risaralda 59 (7,0%), Boyacá 57 (6,8%) y Cesar 43 (5.1%).”[5]

3. Pérdidas económicas

Según el gobierno, cuando se iba a cumplir un mes de paro en Colombia, en mayo, los bloqueos y manifestaciones habían dejado pérdidas económicas por 10,3 billones de pesos, poco más de US$ 2.800 millones.

Según dijo el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, en unas declaraciones el 22 de mayo, a diario las pérdidas ascendían a 480.000 millones de pesos, unos US$ 132 millones de pérdidas económicas cada día. Sin embargo, Restrepo aclaró que esto ocurrió en los primeros días del paro, pero que esto ha ido disminuyendo con la apertura de vías que ha adelantando el gobierno desde entonces.

El Consejo Gremial Nacional dijo este lunes que el paro ha producido pérdidas por 11 billones de pesos, el equivalente a unos US$ 3.000 millones.”[6]

4. Afectaciones a la infraestructura

Según el Ministerio de Defensa, en el lapso estipulado, se han afectado por actos vandálicos:

·       151 infraestructuras gubernamentales
·       28 peajes
·       4 básculas de pesaje
·       25 bienes culturales
·       150 cámaras de seguridad
·       55 cámaras de foto multa
·       111 semáforos
·       Afectación a 679 instalaciones policiales
·       536 vehículos policiales
·       438 establecimientos comerciales privados
·       456 oficinas bancarias
·       1.201 vehículos de transporte público
·       236 estaciones de transporte público
·       21 motos particulares
·       91 estaciones de servicio
·       432 cajeros automáticos
 
Finalmente, en Bogotá, el sistema de transporte público Transmilenio, ha llegado a quedar afectado en un 44% con 103 de sus 139 estaciones inhabilitadas por «acción criminal», según el reporte del Ministerio de Defensa.”[7]

 
Los anteriores datos dan cuenta de todas las pérdidas que durante la jornada de paro nacional se han ocasionado, pero lo cierto es que también hay ganancias registradas y ellas son:
​
  1. Retiro de la Reforma Tributaria
  2. Renuncia del Ministro de Hacienda
  3. Retiro de la Reforma a la Salud
  4. Gratuidad en la educación superior de pregrado en las IES públicas para estratos 1, 2 y 3
  5. Impulso al primer empleo
  6. Facilidades para que los jóvenes adquieran vivienda
  7. Visita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos  
 
Seguramente muchos dirán que su ganancia es acumular capital político de cara al proceso electoral, próximo a realizarse en el año 2022 en Colombia para la Presidencia y el Congreso de la República, pero ante tanta pérdida es una forma muy triste de lograrlo.
 
Lo anterior, sirve como un acercamiento a un balance general, pero al lado de todo balance hay un estado de resultados o de pérdidas y ganancias, terminología contable acogida en esta columna en sentido figurado para reflexionar en ¿cuál será realmente la ganancia que saldrá de la jornada de protestas no pacíficas y el enfrentamiento con el actual gobierno y éste con los que protestan? ¿En qué consistirá la victoria que persiguen y anhelan?
 
Para aproximar reflexivamente una respuesta a estas preguntas, parto de recordar lo que se conoce como “Victoria Pírrica”, expresión que “se refiere a esos éxitos que en la  práctica resultan incluso inútiles debido al enorme desgaste que han requerido de los vencedores o demasiado gravosos por haberse conseguido tras múltiples pérdidas y tiene su origen en la antigua Grecia. Concretamente se refiere al triunfo logrado por el monarca heleno Pirro de Epiro frente a los romanos en la batalla de Ásculo (279 a.C.), que supuso la muerte de 3.500 de sus hombres, entre ellos muchos oficiales. Y tras conocer el resultado, se le atribuye a Pirro la siguiente frase: “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa”.”[8]

En el contexto de lo expuesto y analizando daños, cifras y ganancias (balance general y estado de resultados), si muchos no volverán a sus casas (sean marchantes o de la fuerza pública), si muchos bienes no se podrán recuperar (públicos y/o privados), si el paro y su forma de contenerlo se convirtieron en otra causa de contagio de COVID-19 y de más odio y divisiones que impiden edificar conjuntamente a pesar de las diferencias, se cree que al final cualquiera sea la parte que se sienta vencedora, lo que obtendrá será una victoria pírrica porque las pérdidas de aquel a quién venza, también serán las suyas dado que la batalla que libró la hizo con sus conciudadanos (todos los de una misma nación que además se ha declarado como democrática, participativa y pluralista).
 
Así entonces, hoy se insiste en lo dicho en una columna anterior: “el llamado es a la unidad, la concordia, el diálogo y la fraternidad, porque ya hay demasiadas heridas a la gente, a la democracia, a la institucionalidad y es necesario restablecer la comunicación y un diálogo social asertivo y constructivo que devuelva confianza, esperanza y armonía.  Ya hay que parar con lo que están haciendo (manifestantes y gobierno) y empezar a dialogar y a construir de forma colaborativa, porque parar es de sabios y también lo es saber cuándo se apoya una causa y cuándo ya no debe apoyarse más, o cuándo pausar la causa para hacer balance y revisar sus efectos y sus impactos con respecto al propósito perseguido y ello requiere un alto discernimiento, pero, sobre todo, requiere despojarse de ambiciones, de egos y de manipulaciones.  Saber cuándo detenerse nunca da pérdidas y por eso se reitera: Parar es de Sabios.”[9]
 
Y este llamado se hace porque un paro que deja más pérdidas, más pobreza, más peleas, más desesperanza, más conflicto, más enfrentamientos ideológicos y menos unidad, es decir, que es una suma de restas, tiene como resultado una victoria pírrica. Y aunque para unos esa sea la cuestión, para todos debe quedar claro que esa es la ecuación.


Referencias:

[1] CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2021/06/11/danos-y-perdidas-economicas-por-el-paro-nacional-en-colombia-estas-son-las-cifras/

[2] Ibidem

[3] RCN Radio. https://www.rcnradio.com/colombia/van-mas-de-10-millones-de-aves-muertas-en-colombia-por-cuenta-de-bloqueos-fenavi

[4] CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2021/06/11/danos-y-perdidas-economicas-por-el-paro-nacional-en-colombia-estas-son-las-cifras/

[5] Ibidem

[6] Ibidem

[7] Ibidem

[8] MUY HISTORIA.  https://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/de-donde-procede-la-expresion-una-victoria-pirrica-391411636576

[9] VÉLEZ PÉREZ, Gloria Yaneth.  Parar es de sabios.  Revista Jurídica Digital VOZ JURIDICA. 2021. https://www.vozjuridica.com/columnista-abogada-gloria-yaneth-velez-perez/parar-es-de-sabios-columna-de-la-abogada-gloria-yaneth-velez-perez-juridicaasesora

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Derecho a un Medio Ambiente Sano y los Jardines Botánicos.  Columna de la Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez

6/5/2021

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Derecho a un Medio Ambiente Sano y los Jardines Botánicos
 
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez

Los jardines botánicos son un invaluable activo con el que puede contar un país y una ciudad. Ellos aportan a la disminución de la contaminación y a la conservación de un medio ambiente sano. Son un pulmón para la ciudad en la que tengan asiento y ellos le aportan a la restauración de los ecosistemas.
 
En ese sentido, importante es resaltar que restaurar los ecosistemas se convertirá según Naciones Unidas en una meta del Decenio 2021 – 2030 y así lo ha manifestado en el contexto del día mundial del medio ambiente que se celebra el 5 de junio de cada año. Sobre el particular, Naciones Unidas ha indicado que:  “Restaurar los ecosistemas significa prevenir, detener y revertir este daño, pasar de explotar la naturaleza a curarla. Para ello, y precisamente en este día (5 de junio de 2021), arrancará el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030), una misión global para revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques hasta tierras de cultivo, desde la cima de las montañas hasta las profundidades del mar. Solo con ecosistemas saludables podemos mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad.”[1]
 
En este cometido de restaurar los ecosistemas Naciones Unidas ha adoptado un lema para recordar que el compromiso es de todos: “Reimagina, Recrea, Restaura.”[2]

Este compromiso declarado por Naciones Unidas está motivado en que: “Durante demasiado tiempo, hemos estado explotando y destruyendo los ecosistemas de nuestro planeta. Cada tres segundos, el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol y, tan solo en el último siglo, hemos destruido la mitad de nuestros humedales. El 50% de nuestros arrecifes de coral ya se han perdido y para 2050, podrían desaparecer hasta el 90%, incluso si el calentamiento global se limita a un aumento de 1,5°C.

La pérdida de los ecosistemas está privando al mundo de sumideros de carbono, como los bosques y las turberas, en un momento en que la humanidad ya no puede permitírselo. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero han aumentado durante tres años consecutivos y el planeta está a un paso de un cambio climático potencialmente catastrófico.

La aparición de la COVID-19 también ha demostrado lo desastrosas que pueden ser las consecuencias de la pérdida de ecosistemas. Al reducir el área de hábitat natural para los animales, hemos creado las condiciones ideales para que los patógenos, incluidos los coronavirus, se propaguen.”[3]

Con esto que reitera este organismo internacional en relación con lo cerca que se está de un cambio climático que lo único que traerá  son catástrofes, es imperativo recordar que en Colombia se cuenta con derechos que protejan el ambiente y garanticen un medio ambiente sano y que por lo tanto, el país debe sumarse con acciones claras y concretas a la restauración de los ecosistemas, partiendo, como es obvio, de su propia biodiversidad, es decir, que debe empeñarse en curar a la naturaleza y no explotarla o aprovecharse de ella.
 
Los derechos sobre el ambiente, que se reiterarán cada que se pueda para que el lector no los olvide y los apropie como parte de su mínimo vital, están en la Constitución Política de 1991 en los Artículos 79 al 82, cuyo tenor literal es el siguiente:

“ARTICULO 79. Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo.

Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.

ARTICULO 80. El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.
 
Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados.


Así mismo, cooperará con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas.

ARTICULO 81. Queda prohibida la fabricación, importación, posesión y uso de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares y desechos tóxicos.

El Estado regulará el ingreso al país y la salida de él de los recursos genéticos, y su utilización, de acuerdo con el interés nacional.

ARTICULO 82. Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular.”[6]
 
Estos derechos contenidos en la Constitución por su simple literalidad no crean, per se, un medio ambiente sano, sino que ello requiere de acciones positivas que lo garanticen como planes, programas, proyectos, personas e instituciones, con la destinación especial y específica a ello.  En relación con lo que son las instituciones que se requieren están los conocidos jardines botánicos, los cuales como se indicó al inicio, son un valioso activo ambiental, pero además ellos representan una gran oportunidad para que los ecosistemas se recuperen con la ciencia y la técnica adecuada, seria y necesaria, que la da el conocimiento que tienen los expertos e investigadores formados y no los empresarios formalizados.
 
Los jardines botánicos en Colombia no son cualquier cosa, ellos gozan de especial consideración y regulación legislativa por lo que significan para la conservación de la flora colombiana. La ley que los reglamenta es la 299 de 1996 y se refiere a ellos en el Artículo 2 de la siguiente manera:
 
“Artículo 2: Los jardines botánicos. Los jardines botánicos, como colecciones de plantas vivas científicamente organizadas, constituidos conforme a esta Ley, podrán manejar herbarios y germoplasma vegetal en bancos de genes o en bancos de semillas; deberán ejecutarse programas permanentes de investigación básica y aplicada, de conservación in situ y ex situ y de educación; utilizarán para sus actividades tecnológicas no contaminantes y deberán adoptar los siguientes propósitos primordiales para el cumplimiento de sus objetivos sociales:
 
a. Mantener tanto los procesos ecológicos esenciales, como los sistemas que soportan las diferentes manifestaciones de la vida;
 
b. Preservar la diversidad genética;
 
c. Contribuir de manera efectiva y permanente a través de su labor investigativa y divulgativa al desarrollo regional y nacional, y
 
d. Contribuir a que la utilización de las especies de la flora y de los ecosistemas naturales se efectúen de tal manera que permita su uso y disfrute no sólo para las actuales sino también para las futuras generaciones de habitantes del territorio colombiano, dentro del concepto del desarrollo sostenible.
 
Parágrafo: La conservación in situ se refiere a la que se efectúa en el sitio donde es nativa la especie y la ex situ a la que se realiza fuera del sitio de donde es nativa la especie.”[4]
 
Y para el logro de ese objeto asignado por la Ley a los jardines botánicos, se previó la participación del Estado en el Artículo 3, así:
 
Artículo 3: Participación estatal. De conformidad con el artículo 103 de la Constitución Política, el Estado, en los niveles municipal, departamental y nacional, contribuirá a la creación organización, promoción y fortalecimiento de los jardines botánicos fundados y estructurados como entidades estatales, en todas sus modalidades, o como asociaciones privadas sin ánimo de lucro”[5]
 
La Ley 299 de 1996 hace parte de los compromisos de Colombia con el cuidado, protección y garantía del medio ambiente sano. En ella procuró reconocer y fortalecer los jardines botánicos, aunándolos una estrecha relación con lo que consagró en el artículo 1 sobre la flora colombiana, así:  “Artículo 1: La flora colombiana. La conservación, la protección, la propagación, la investigación, el conocimiento y el uso sostenible de los recursos de la flora colombiana son estratégicos para el país y constituyen prioridad dentro de la política ambiental.
​

Son de interés público y beneficio social y tendrán prelación en la asignación de recursos en los planes y programas de desarrollo y en el presupuesto general de la Nación y en los presupuestos de las entidades territoriales y de las Corporaciones Autónomas Regionales.”[6]
 
Como se advierte, los jardines botánicos deben tener prioridad en los presupuestos nacionales y territoriales y deben ser objeto de protección, promoción y fortalecimiento y no de debilitamiento porque son organizaciones que contribuyen a que el derecho a un medio ambiente sano pueda ser ejercido plenamente.
 
En ese sentido, si en Colombia contamos con el derecho a un medio ambiente sano, es una obligación de todos y cada uno su ejercicio mediante acciones positivas que tiendan a evitar que personas del sector público y/o del sector privado atenten, de la forma que sea, contra todo aquello que permite aportarle a la conservación y restauración de los ecosistemas que son los que garantizan de forma directa la vida del planeta (casa común[7] para todos y de todos) y la vida en todas sus manifestaciones y de esa atención especial deben hacer parte los jardines botánicos, cuya conservación y fortalecimiento debemos defender porque no son solamente ese pulmón para respirar mejor, sino un patrimonio vital.
 
En ese orden de ideas y dada la declaración del decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, muchas son las actividades que deberán ejecutarse para lograr esa restauración pretendida y muchas las organizaciones y personas que tendrán que sumarse a colaborar y contribuir, porque es sumando y no restando, es fortaleciendo y no socavando, es conservando y no destruyendo como podremos obtener el resultado que se espera.
 
Concluyo, con base en lo expuesto, que cuando un Jardín Botánico es desfinanciado presupuestalmente y sus actividades especializadas puestas en manos de quiénes no saben la esencia y lo fundamental (científica y técnicamente) para formular y ejecutar un plan de ciudad y de país que le ayude a restaurar sus ecosistemas, o atacado por el vandalismo y estigmatizado ante la comunidad a la cual le sirve, lo que se está evidenciando es un interés por impedir que el medio ambiente se conserve, que el derecho a un medio ambiente sano se ejerza y por aumentar la contaminación. Tales actos enferman a la naturaleza en lugar de curarla y es una forma de darle la espalda al querer de las Naciones Unidas de restaurar los ecosistemas, por lo tanto, todos somos los llamados a proteger los jardines botánicos, a comprender su sentido, significado e importancia y su relación con el derecho a un medio ambiente sano, y estamos también llamados a exigir a los gobiernos de turno que encaucen las acciones para su promoción, conservación y fortalecimiento porque ello es una contribución directa al cuidado del planeta y de toda expresión de la vida.

 
Referencias:

[1] NACIONES UNIDAS. DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE. RESTAURACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS. https://www.un.org/es/observances/environment-day

[2] Ibidem

[3] Ibidem

[4] COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. LEY 299 DE 1996. (26, julio, 1996). Por medio de la cual se reglamentan los jardines botánicos y se dictan otras disposiciones.

[5] Ibidem

[6] Ibidem

[7] PAPA FRANCISCO, Encíclica LAUDATO SI. Recuperado de:  http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
 

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    Gloria Yaneth Vélez Pérez Abogada, Especialista en Derecho Público, Especialista en Pruebas, Especialista en Derecho Procesal Penal, Máster en Criminología y Criminalística, Magíster en Derecho Procesal Contemporáneo, Candidata a Doctora en Derecho

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