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Medellín, “…echémosla a suertes, a ver a quién le toca". Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: @abogadohurtado

12/27/2021

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Medellín, “…echémosla a suertes, a ver a quién le toca"

Por: abogado Nelson Hurtado Obando
Twitter: @abogadohurtado

 

A justa escala, lo que se vive en Medellín con ocasión de la revocatoria del mandato al alcalde Daniel Quintero, no es nada distinto a lo que se vive en la mayoría de las unidades residenciales o urbanizaciones en propiedad horizontal; el municipio (constructo sustancialmente diferente de ciudad) son en la vivencia real diaria unas pequeñas “republiquetas”.
 
En estas “republiquetas” el denominador común no ha sido otro que la banalización y la venalización de toda institucionalidad, de toda raigambre sociológica y antropológica de los seres humanos en relación con el entorno donde se vive, donde se habita, donde se tiene arraigo y en su denotación amplia de hogar.
 
Experiencias recientes en algunas “republiquetas en propiedad horizontal” muestran como muchos copropietarios han debido acudir a la vía judicial para “revocar” a algunos administradores que después de la “primera elección anual” han conseguido una subsiguiente “reelección in aeternum” de cuatro, ocho o catorce años al cabo de los cuales los copropietarios terminan siendo subordinados del administrador que culmina su azarosa gestión “colgándose a su llavero” al mismo consejo de administración que por desconocimiento o por connivencia y por fuera de las normas legales y reglamentarias asume motu proprio la función de “legalizar” todo gasto, cualquier gasto que el administrador y más allá de sus funciones ejecute, no importa que correspondan a gastos no previstos en el presupuesto y no aprobados por la asamblea, pues lo que interesa es el funcionamiento de las dragas de la “contratación extractiva”..
 
¡Ay de los copropietarios que quieran organizarse para acudir a la asamblea ordinaria a “revocatoria” del “consejo de administración llavero” y luego a revocar a in aeternum administrador; les lloverán “rayos y centellas”, pero ¡sí que vale la pena!
 
En la ciudad y para el caso concreto de Medellín, es enorme la similitud con lo que acontece en muchas unidades residenciales en propiedad horizontal o en parcelaciones.
 
La coincidencia tiene su propio cordón umbilical lógico; es generalizado que en cada vivienda o apartamento en propiedad horizontal, cada “familia” se conforma por tantos “estados de derechos personales” cuantos sean sus miembros y con la posibilidad aparente de tener un “PMU” [puesto de mando unificado] que no escapó a la banalidad, ni a la venalización institucional, al rompimiento del rito y de la solemnidad y a la fractura estructural de toda semiótica y de toda axiología sin las cuales el parentesco no consolida la familia y mucho menos su sentido y valor ético y moral, ni la plausibilidad de un proyecto de vida en la comunidad de afecto, ayuda y socorro mutuos. 
 
En este sentido hemos pensado que el artículo 42 de la Constitución ha sido abrogado, por la visión de que en Colombia solo existe un tipo de familia, la constituida por el “vínculo natural o jurídico” entre patrimonios y con prescindencia absoluta de provenir de vínculo católico o civil entre parejas homo o heterosexuales. Así, la mayoría de los conflictos llevados a decisión de los jueces convergen por ejemplo en ser: “cesación civil de efectos patrimoniales católicos o de divorcios patrimoniales civiles.” No hay vínculos, hay planes de negocios, de utilidad medible.
 
Hemos significado que, en la propiedad horizontal la vivienda ha terminado siendo parqueadero de cuerpos cansados, a lo que se suma hasta el pretender la apropiación privada de los “parqueaderos de visitantes” cuando a algún copropietario le hace falta alojamiento para el “miembro más querido de la familia” de último modelo. 
 
Grosso modo me atrevo a sostener que lo que ocurre en la ciudad no es nada distinto al estado macro de los hechos cotidianos que ocurren en la propiedad horizontal con la misma y con las singulares violencias comunes “superhipermega” exacerbadas.
 
A esta edad y después de más de tres décadas de haber obtenido el título de abogado no me arrepiento de haber dicho, de haber sostenido y seguir sosteniendo que la estructura del Estado colombiano empezaba a reconfigurarse bajo el canto del “Réquiem por los partidos tradicionales” que como reconvención futurista [no de “visionario”] le hizo López Michelsen al país político respecto de las “juntas administradoras locales” y la “elección popular de alcaldes” en su columna de El Tiempo de 1986 a cuya sombra hemos sostenido que la República y con la escasa unidad nacional lograda hasta entonces había entrado en su proceso de disolución y liquidación en las manos de muy buenos democrateros y pérfidos demócratas. Tiempo después y con el coche fúnebre andando algún pasajero se tira y una lágrima costó una presidencia y el que fuera el glorioso Partido Liberal entró en su fase terminal.
 
En 1988 se inicia el primer período de alcaldes elegidos por voto popular para un corto período el cual fue suficiente para que algunas “sociedades de San Vicente” en varios pueblos se convirtieran en el “músculo financiero” de no pocos candidatos a alcaldes y luego de elegidos, en su “caja mayor” de desagüe del erario y sin que la buena suerte tampoco les negara su acompañamiento permitiendo que no pocos premios mayores de algunas loterías “cayeran repetidamente” en su círculo familiar y de amistades pueblerino.
 
Y el golpe final lo propició la Constitución de 1991, la que ingenuamente ha derramado la creencia que se debe a una “inocente séptima papeleta” surgida espontáneamente desde la fiebre del trópico que cíclicamente ha vuelto calenturienta a “la juventud estudiantil” como que:“Son aves que no se asustan de animal ni policía…” que de nuevo encabeza el hit parade libertario chileno.
 
No soy uribista, ni mis convicciones políticas las he hipotecado a ningún “ista”, ni a ningún “ismo” [empresarista o empresarismo electorero] como tampoco  otros muchísimos conciudadanos, que no somos agentes de ninguna empresa de corrupción público-privada como pretenden estigmatizar el alcalde Medellín y todos sus “secreaúlicos” y la camada de concejales de la ciudad, diputados y congresistas antioqueños que a diferencia de otros “no dicen nada” para decirlo todo con su silencio repleto de “cuotas de dominio burocrático” en diferentes dependencias municipales de la ciudad y en contravía de la raigambre sociológica y antropológica que aún nos queda como ciudadanos con espiritual arraigo a la tierra de este “El lugar donde nací, y con mis amigos crecí, la ciudad para mis hijos, donde vivo y trabajo por ti; Medellín crece contigo, su progreso es para todos, depende también de ti darle amor a Medellín”.
 
No es contingente que, al ejercicio democrático del derecho político a revocar el mandato del alcalde de Medellín, se requiera la expresión clara y pública de los concejales de Medellín, de los diputados antioqueños y de manera especial de cada uno de los congresistas, manifestando de frente y categóricamente, su apoyo por el “Sí” o su apoyo por el “No” a la revocatoria, circunstancia que por anticipado los pondrá al descubierto acerca de si marchan con sus conciudadanos o en contravía de ellos favoreciendo el triunfo o precipitando el fracaso de la revocatoria o si con su silencio REFRENDAN lo que expresamente ha escrito el alcalde en sus trinos en Twitter del calibre de: “Que el mundo entero sepa que detrás del intento de revocatoria en Medellín está el uribismo y los parapolíticos más peligrosos del país”; ya antes nos ha nombrado “enemigos” y “pelagatos”.
 
Señores congresistas si muchísimos conciudadanos de Medellín no somos “enemigos”, ni “pelagatos”, ni “uribistas” y apoyamos la revocatoria, ¿qué venimos siendo? ¿”…los parapolíticos más peligrosos del país”? ¿Es esta nuestra condición por ejercer un derecho democrático? ¿Qué son entonces ustedes señores congresistas antioqueños elegidos con nuestros votos, votos de conciudadanos “enemigos, pelagatos y parapolíticos”? 
 
De igual modo, la exigencia es más categórica para los conciudadanos practicantes del credo uribista, no anticipen la derrota de la revocatoria, no se apropien indebidamente de esta gesta civilista y cívica, que no es de su propiedad exclusiva, pues en ella hay miles de “quinteristas defraudados, engañados”, miles de ciudadanos uribistas y miles de ciudadanos de otros grupos partidistas y otros tantos miles de ciudadanos, simplemente ciudadanos y no precisamente “viudos de poder” como también los llama el alcalde.
 
Cuestión de honor, de coherencia, de dignidad, que lo digan públicamente pues la crisis de Medellín alcanza y no deja sana la institucionalidad nacional que no es un proceso ajeno, ni extraño al que recorre a Latinoamérica. Extraña el silencio del exrector de Eafit en este campo fértil para discernir sobre la eticidad y moralidad del “vivo y el bobo” que se atribuye al antioqueño y para saber de qué lado están uno y otro en este proceso revocatorio, como también se extraña el discurso de la moralina del expresidente de Bancolombia Carlos R. Yepes y a propósito también de hallar y desde ahora un candidato, ciudadano, tal como ese aceite publicitado “libre de impurezas”.
 
¿Ergo, quiénes son los “empresarios” que sí le gustan a Quintero? “Hablen o callen para siempre”, pues nada será más claro que: <<Los soldados cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado y apartaron la túnica. Era una túnica sin costuras tejida toda en una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: "No la rasguemos, sino echémosla a suertes, a ver a quien le toca”>>. ¿Independientes o libertinos?


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¡Extraterrestres! Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: abogadohurtado

12/19/2021

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¡Extraterrestres! 
 
Por: Abogado Nelson Hurtado Obando
Twitter: abogadohurtado

Ingresé a la cocina aprovechando la ausencia de mi “trinidad femenina” para hacer un experimento culinario en la maravillosa “Air fryer” de Oster que en más de un año no había logrado seducir.
 
Cada cinco minutos interrumpía el proceso para cerciorarme de no exceder “el tiempo técnico”.
 
Entre “ires y venires” empecé a extrañar las volteretas que sin aparente razón dan las frituras en ese océano de aceite caliente en la vasija que resiste el moderno fuego azul del gas “no contaminante”, como si obtuvieran el mismo placer que siente una dama en sus finas volteadas en la playa para luego presumir que “llevan el sol en la piel”.
 
Sin razón y sin imaginación, sin causa, estaba como acompañando a Verne dando su “vuelta al mundo en ochenta días” y sin sobresalto ninguno nos topamos con C. Sagan que se hallaba paseando por el mundo con sus demonios.
 
En la décima maravilla de Oster, como si fuera el mismo infierno, crujían a doscientos grados y después de diez minutos aún faltaban quince para que “técnicamente” mi receta alcanzara ese “punto, color y sabor”, crujiente, como recomiendan los “científicos del reality”.
 
En esa mágica soledad, a mis anchas, me cuidaba de ir limpiando el mesón mientras el “reloj invisible” de la freidora cada vez más lento daba como la señal de rendirse y no poder llegar a la meta. Qué eternidad es un segundo.
 
Para nacer y respirar autónomamente, necesitamos por lo menos de un tiempo normal de nueve meses y para vivir, ¿cuánto tiempo necesitamos para vivir? Sin lugar a duda necesitamos de toda una vida, de la eternidad de un segundo, un segundo tan eterno que nos alcanza para ochenta y más años para no ser presuntuosos y con todo y eso, se trata del eterno segundo presente que no se acaba de consumir o del siguiente, en que puede aparecer el notario de la mortalidad, para terminar como la receta en la “Air Fryer” de cualquier cementerio tecnológicamente de vanguardia y debidamente “en-platado” al comentario de los dolientes de “lágrimas artificiales”. 
 
No importan entonces los años; que, la vida incierta, solo nos regala con certidumbre la eternidad de un segundo.
 
Julio Flórez, magistral, nos anticipó en su poema: “Entonces presa de pavor y yerto/como un cadáver, mudo y pensativo, /en mi abstracción a descifrar no acierto/Si es que dormido estoy o estoy despierto, /si un muerto soy que sueña que está vivo/o un vivo soy que sueña que está muerto”.
 
Disolutos anteceden muchos de los signos y los símbolos y los fines y los ideales y las metas y objetivos líquidos bajo el dominio de los eternos segundos que marcan la vida y muy a pesar de que el reloj, dominusdel eterno segundo deje ver a nuestros ojos que su marcha es “sin prisa, pero sin pausa” como lo dijo el que sería hoy, el loquillo de Séneca.
 
Si en Verne no hay ciencia ficción, sino ficción y si con Sagan compartimos la hasta ahora no científicamente refutada inexistencia de “seres extraterrestres”, podríamos decir que no ocurre lo mismo con el fenómeno o poder de abducción que se refiere que tienen esas extrañas creaturas, que tantos beneficios han reportado a algunos gobiernos, a la prensa, revistas, ufólogos, publicistas.
 
Vale decir que como poder y siguiendo a un gran colombiano al que hace muchos años le finalizó su eterno segundo, “el poder es para poder”, que sigue su rumbo “sin prisa, pero sin pausa”.
 
Confieso que la “Air Fryer” me abdujo y sin ser tan siquiera un objeto o una cosa extraterrestre. No sé si todos tendrán la valentía para reconocerse y confesarse, aunque sea sotto voce que están o han sido abducidos en algún momento.
 
Jamás habrá como restarle méritos a C. Sagan, fallecido en 1996. No comprende uno, como un hombre tan sabio que habiendo formulado serias críticas a la TV., prensa, radio, etc., sobre el morbo utilitario de publicitar y explotar económicamente el tema de los extraterrestres no se acercó a la realidad de no requerirse de dichos seres para que la abducción de los humanos fuera mucho más grave que el viaje en “platillos voladores” o OVNI, lo que al menos incluía el “tiquete de regreso” a la tierra a comunicar el mensaje.  
 
Hizo Sagan referencias a los “extraterrestres” y su relación con los problemas de la democracia y no precisó que los humanos a través de las técnicas del marketing y los “gallos tecnológicos” de Brzezinski su padre político iban a ser abducidos en nombre de la libertad, la dignidad humana y la democracia, bajo la promesa que cada eterno segundo presente o futuro no contendría incertidumbre y se quedaba cerca de alcanzar la inmortalidad.
 
Al punto y finalmente, basta escrutar la producción en serie de los llamados “influentes” en todos sus pelambres abduciendo los ciudadanos con las técnicas del “qué quieres, qué deseas oír de tu candidato” lo que puede ser confrontado en la actual realidad electoral colombiana inundada de imágenes y discursos de lugares comunes, frases y frasecillas, juegos de palabras, insustanciales, que acompasan como jingle a cada “debate”. Dijo uno de ellos: “…los corruptos deben ser enviados a los patios más peligrosos de las cárceles…”y ni siquiera el mundo se estremeció.
 
Toca repetir: ¡Maravilloso que el mundo haya cambiado! Lo MALO, es que haya dividido a los hombres y de manera perversa, entre: Los que se avienen con el cambio y solitarios de él se lucran. Los que se resisten al cambio. Los incuantificables que no se han dado cuenta de él y el infinito, de aquellos en los que su humanidad sucumbió a la tecnología.
 
No necesitamos extraterrestres, tenemos suficientes y para exportación, perfectamente adaptados a “la nube”.
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SINIESTRO, siniestro. Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: @abogadohurtado

12/12/2021

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SINIESTRO, siniestro
​

Por: Abogado Nelson Hurtado Obando
Twitter: @abogadohurtado 

Tiene el DRAE, como definiciones de la palabra siniestro una rica variedad que diríase que “no tiene presa mala”, veamos: 1. adj. Dicho de una parte o de un sitio: Que está a la mano izquierda. 2. adj. Avieso y malintencionado. 3. adj. Infeliz, funesto o aciago. 4. m. Suceso que produce un daño o una pérdida material considerables. 5. m. Der. En el contrato de seguro, concreción del riesgo cubierto en dicho contrato y que determina el nacimiento de la prestación del asegurador.
Iniciamos refiriéndonos a la definición o significado que trae el DRAE de siniestro como: 5. m. Der. En el contrato de seguro, concreción del riesgo cubierto en dicho contrato y que determina el nacimiento de la prestación del asegurador.
Quizás la vida es vida, porque toda ella es inherente riesgo; es azar, es aleas, es un vivir entre lo posible y lo probable, es la vida misma mediada por la incertidumbre, es un acontecer, un discurrir entre el riesgo y el peligro (inminente).
En materia de seguros, lo asegurable es un determinado riesgo y de manera general su característica esencial, inmanente, es la incertidumbre que pueda o no llegar a acaecer, ocurrir o suceder probabilísticamente, es decir que ocurra un hecho futuro e incierto y es este hecho futuro e incierto el que constituye el objeto del contrato de seguro, es grosso modo el propio interés asegurable contra pérdida, daño, deterioro o menoscabo.
Hay que afirmar que, lo asegurable es un hecho futuro e incierto es decir la conditio sine qua non [condición sin la cual no…] no habría interés asegurable en tanto sus dominios son el futuro y lo incierto, bajo el popular dicho: “puede que sí, puede que no” ocurra un hecho. [Posibilidad-probabilidad. Riesgo-peligro. Pérdida-merma. Daño-perjuicio].
En el contrato de seguro, si el hecho futuro e incierto asegurado llega a ocurrir, se afirma que ha ocurrido el siniestro y que surge para el asegurador la obligación de indemnizar los perjuicios causados.
Por regla general no son asegurables los hechos ilícitos, de tal modo que los provenientes de dolo o culpa del asegurado y/o beneficiario del seguro quedan excluidos del amparo con las excepciones referidas a seguros de vida/dotales y de daños.  
Un seguro todo riesgo en construcción [actividad calificada como peligrosa] ampara todas las pérdidas o daños patrimoniales que llegue a causarse al asegurado y/o beneficiario por el cumplimiento de la condición [hecho futuro e incierto] como riesgos imputables a la naturaleza, al contratista en su operación o actividad, a título de responsabilidad civil extracontractual y cualquiera otro riesgo en la oferta del mercado y debidamente vigilado por la Superintendencia financiera.
En Hidroituango todos sabemos que ocurrió un siniestro, es decir, que ocurrió un hecho futuro e incierto que pudo originarse por causas naturales o por la actividad u operación del constructor, etc., y que como riesgo estaba debidamente asegurado. En nuestro sentir y desde siempre nos adherimos a la imposibilidad de someter a examen o debate y a juicio judicial la presuntuosa presunción de existencia de dolo o culpa en el acaecimiento del siniestro; asunto bien diferente podría haber sucedido sin la existencia del seguro todo riesgo.
En los momentos posteriores al siniestro también abogamos por la “intervención” “en” EPM, por parte de los organismos de control ante la “creación de otros riesgos no amparados por el seguro” y creados por “pescadores en río revuelto” y eso es lo que finalmente ha ocurrido por la intervención del presidente de la República, la Contraloría General de la Nación y los gremios, de tal modo que la aseguradora MAPFRE ha honrado su prestigio [alguien diría que su marca], su trayectoria y ha satisfecho o solucionado la obligación principal del contrato de seguro.
Lo siniestro-siniestro de este asunto, no es, finalmente, el siniestro que retrasó las obras de Hidroituango, ni que retrasa su plena entrada en la producción de energía; lo siniestro-siniestro y que no puede olvidarse es: 1. Que EPM al tenor de la información publicada, no requirió de MAPFRE el pago de las indemnizaciones. 2. Que destruyó la forma de “gobierno corporativo”. 3. Que propició la renuncia de los miembros de la junta directiva. 4. Que lo anterior [como la inexistente amistad entre criminales] también significó la remoción del “gerente amigo, porque no le copiaba”. 5. Que el alcalde como presidente de la junta abrogó no pocos dispositivos legales y estatutarios que de alguna manera afectaron los “deberes funcionales” y no pocos dictados de civilidad y civismo y de mínimos de respeto por el buen nombre, la honra y la dignidad humana de personas humanas y personas jurídicas y que alcanzaron hasta a sus conciudadanos-administrados a quienes con pompa en varias ocasiones los hizo objetivos de su prosaísmo.
Lo siniestro-siniestro de este asunto, sin lugar a duda y de acuerdo con el orden de significados del DRAE es que la ciudad de Medellín está bajo el gobierno de un alcalde: 1. adj. …Que está a la mano izquierda. 2. adj. Avieso y malintencionado. 3. adj. Infeliz, funesto o aciago y que viene produciendo inmedibles pérdidas en la comunión ciudadana, la confianza en las instituciones, la gobernabilidad, los ritos culturales y hasta en la “confianza inversionista” de que habla un expresidente, sin dejar de mencionar el caos altamente perceptible en la ciudad de Medellín en renglones como: basura por todas partes, vehículos recolectores prestando el servicio con frenos deficientes provocando graves accidentes, mal estado de la malla vial, arbolado y jardines convertidos en selvas, la inseguridad desbordada en atracos masivos a establecimientos de comercio, callejeros, fleteo, etc., mal funcionamiento de la red semafórica, el cuerpo de bomberos sin equipos, la contratación pública en su mayoría haciéndole esguinces a la ley 80 y al control fiscal y un entramado burocrático demasiado cercano a “sus afectos-intereses” que lo hace imposible apreciar en el contexto del bien común, del buen gobierno, de la civilidad, el civismo, la inclusión y la democracia.
Rueda en las redes un video en el cual el alcalde de Medellín dice que el BID le puso: <<Cláusulas muy complejas, por ejemplo: la cláusula del BID decía que si había un fallo de la contraloría y los contratistas salían entonces que ellos se iban, a veces esas amenazas son muy peligrosas…ninguna represa se ha caído desde que nosotros somos alcaldes>> [Quiénes son ese: “nosotros somos alcaldes”].
 
¿Existirá algún imbécil o estúpido que crea que el BID en un contrato haya incluido dicha cláusula? De no ser así, el alcalde de Medellín, además de troglodita cruel, es megalómano y con severo padecimiento a conveniencia de “letología” o una afasia desconocida en relación con el deber de honrar la palabra. [Lenguaje].
 
Lo siniestro-siniestro de este asunto es la mendacidad compulsiva del alcalde de Medellín, con un discurso-acción “pro domo sua” como si se hallara en el mismo y justificado rol de Cicerón frente a Claudio.
 
Lo siniestro-siniestro de este asunto es la debilidad de carácter del alcalde de #Medellín, cuando ha publicitado por todos los medios y a nivel global que su designio no ha sido otro que el “que paguen los contratistas”  los $4.3 billones por el siniestro de Hidroituango, contratistas  de los que ha denostado con aseveraciones de corruptos, etc., y siempre utilizando el “alcantarillado de EPM” para verter “sus aguas sucias” contra el GEA y otros empresarios y ciudadanos, pues en su omnipotencia de “haber fundado y creado o descubierto a Medellín” también reunió en sí “todo poder y toda gloria” y en especial la investidura de juez único y de única jurisdicción y competencia concentrada y de única instancia para dirimir en las redes asuntos complejos: administrativos, fiscales, civiles y comerciales y bajo un único título de imputación: dolo. Nada raro que el alcalde de Medellín como ingeniero haya creado una nueva escuela de derecho con su propia dogmática: “derecho penal administrativo” siguiendo “las trazas” de su antecesor y hoy candidato presidencial quien para reforzar el designio de Quintero Calle ha dicho en reciente video que: “los corruptos deben ser recluidos en los patios más peligrosos de las cárceles”. [Incomprensible que alguna “cúpula intelectual” colombiana ya le hubiese hecho digno de toda admiración y apoyo].
 
Lo siniestro-siniestro de este asunto no es “cuántos ceros tiene un billón” sino el que no le quepa ni un pellizco, como a la dama que en su luna de miel prefirió dormir sin quitarse el ajustado jean.
 
Lo siniestro-siniestro de este asunto es que falten tantos meses para la revocatoria y que mientras tanto al alcalde de Medellín se le note que sus “algoritmos” están alterados presentando un cuadro de: hinchazón de “su extremo” [izquierdo] y urticaria, boca seca, “mala ortografía del alma” [halitosis], pesadez e indigestión, propios de un incremento altísimo de los “triglicéridos” provenientes de las grasas saturadas y “trans” con que ha venido alimentando su maquinaria. 
 
Que le quede claro a la ciudadanía de Medellín que el alcalde siempre expresó su repudio y rechazo al pago de MAPFRE exigiendo que fueran los contratistas los que pagaran aduciendo que el fallo fiscal hacia referencias a “conductas corruptas”, lo que carece de todo fundamento pues no es competencia de la Contraloría juzgar de estas conductas de eminente tipo penal.
 
Lo siniestro-siniestro de este asunto es, que, de no haber sido por la oportuna intervención del presidente de la República, la Contraloría y MAPFRE, el empresariado antioqueño y los gremios, EPM sola y en las manos de Quintero Calle estaría muy probablemente siendo “rescatada por los chinos” aguas abajo del vertedero de Hidroituango…
 
Lo demás, si es procedente, que lo juzguen los jueces que, para eso, hartos y probos tiene la República.
 

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Los pobres, en el discurso de la pobreza* Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: @abogadohurtado

12/4/2021

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Los pobres, en el discurso de la pobreza*
 
Por: Abogado Nelson Hurtado Obando
Twitter: @abogadohurtado 

La conversión del ser humano en medio.

Hace varios años intentamos plantear y/o explicar imperfectamente, cómo y porqué la democracia renaciente en América Latina, se desdibuja, ya no bajo las arengas y los jingles de los caudillos que en su suelo han pululado, sino ahora en el que hemos llamado el discurso de la pobreza, en boca de algunos venidos como neodirigentes políticos, autodefinidos como rotura, fractura y entierro del pasado lejano y reciente, autodesignados como dechados de virtud, sabiduría e inteligencia y como blasones de lo pulquérrimo y lo impoluto, honra y prez del bien común y de la democracia.

En América Latina, “los extremos que tanto se han rozado empezaron a juntarse”, más propiamente a arrejuntarse, lo que nos ha posibilitado sostener que la forma de gobierno del Estado, es hoy, más un híbrido conmutativo, desde los términos de la relación conceptual: “capitalismo-socialistoide-comunistoide”, o de otra manera, una manguala entre algunos o muchos capitalistas (capital legal e ilegal, medios de producción, dinero, economía, mercado, medios de comunicación) y las élites de la dictadura proletaria y la dictadura proletaria misma, con sus “medios de producción únicos” en la secuencia de los actos de habla: decir, prometer y provocar confrontación, división, odio, destrucción, sin que aporten nada distinto a la conseja de planeación central, arrebatar, quitar, expropiar, “repartir” miseria, esa sí, bajo el “ficho en fila de perfecta igualdad” haciéndose los ciegos ante hechos históricos irrebatibles y ante la suerte desgraciada de no pocas naciones en estos precisos momentos.

Así, haremos referencia a: los pobres, en el discurso de la pobreza.

El advenimiento del Estado Social de Derecho, democrático y participativo, se frustró, al sucumbir ante una economía de mercado global, que lo secuestró y lo condenó a “no hacer y dejar pasar” desde su “mínima intervención” al amparo de normas internacionales y de las constituciones nacionales en sus variopintas concepciones ideológicas hoy eufóricas y circulantes por América Latina.

A no hacer: sino el mínimo intervencionismo y regulación jurídico legal en la economía; a dejar de cumplir funciones esenciales institucionalmente  a cargo del Estado e irrenunciables, como: salud, educación, servicios públicos, vivienda, infraestructura, comunicaciones, justicia, pero sí a mantener y garantizar las excluyentes demandas de seguridad personal y seguridad y estabilidad jurídica, etc.

A dejar pasar: mediante el derrumbamiento de las fronteras comerciales nacionales, la desregulación tributaria sobre toda suerte de bienes y servicios venidos de las más lejanas naciones y sobre todo la apertura al gran capital transnacional (inversores) para dejar de ser economías nacionales de empanadas de parroquia y pasar a ser eficientes y competitivas globalmente en lo cual se cifró el retroceso de la pobreza, del hambre y la exclusión social.

Anexo a ello se demanda del Estado una mayor cobertura educativa por “competencias-meritocracia”, básicamente de expertos y técnicos y de “obligar por decreto que nazcan” procesos de: creación, innovación, emprendimiento, empresarismo tareas en las cuales de manera exótica sólo unos pocos innovadores y emprendedores [preelegidos] podrán hacerse empresarios.

El modelo cobró sus primeras víctimas y las dificultades se intentan solucionar con las TIC y quizás con apoyo en la tesis económica de Romer sintetizada como: «Los países no se desarrollan por su capacidad de construir fábricas en otros países, sino por su capacidad de exportar ideas» a la cual la élite proletariahábilmente le torció el pescuezo para propiciar que en el Caribe y en América Latina tengamos “países altamente exportadores de ideas” para la confusión y la incertidumbre y el colapso democrático, de tal manera que en el contexto del discurso de la pobreza agitado por la “élite de la dictadura proletaria”, el desplazamiento, el desarraigo nacional, la migración forzada no son más que una renovada “industria del turismo internacional de la masa proletaria”, útil a “enfriar el calentamiento global” como sustitución de las industrias del petróleo.
 
¿Dónde están y que rol cumplen los pobres, en el discurso de la pobreza?
 
Es justamente la ubicación de los pobres en el discurso de la pobreza, lo que quizás ha marcado con mayor rigor la desfiguración de la democracia y del Estado Social de Derecho democrático y participativo, en América Latina.

Los pobres, en el discurso de la pobreza, como monotema de la “élite proletaria” no son más que un recurso retórico, un comodín, hacia esa hibridación del Estado, pero sumamente importante en tanto representan el anhelado “mercado de capital político-electoral” de los políticos de nuevo cuño o del nuevo empresarismo electoral, para el que son su más valiosa “materia prima”. Así y como privilegio de la “élite del proletariado los pobres solo están insertos en su discurso” en espera del “maná que les ha de caer del cielo prometido”,mientras que, en el Estado Social de derecho democrático, muchísimos pobres-clase media estamos ocupadísimos en el puesto de trabajo y productivos lo que no se desmerece por la existencia del desempleo y la existencia de miles de seres humanos en condiciones infrahumanas y en gran medida sosteniendo a no pocos improductivos de la “élite proletaria”

En el discurso de la pobreza, los pobres son arrastrados a “su reivindicación”, son llevados a las urnas a consolidar la especie sui géneris de la “élite de la dictadura proletaria”. Los pobres, (seres humanos, personas, ciudadanos) en el discurso de la pobreza han sido convertidos en “medios o instrumentos”. Los hijos de “los pobres en el discurso de la pobreza”, no se educan en Europa.

En el discurso de la pobreza, todo está destinado a que los pobres como en una especie de “Cinta de Möbius” sean ellos mismos los reproductores de más pobres y de más pobreza para mantener renovada su propia y parasitaria “élite de la dictadura del proletariado”.

Se trata de reproducir y mantener inalteradas las condiciones de relevo cíclico desde las cuales el discurso de la pobreza pervive inalterado e imperturbable lo que asegura que la nueva dictadura del proletariado, no su élite, más que fiel, permanezca cautiva, en tanto como masa proletaria tendrá el suficiente teflón por su inserción en el juego de naturaleza democrática, para emitir los suficientes votos o sufragios en “elecciones libres” a través de las cuales la cúpula del proceso podrá retener de manera “legítima” y legal el verdadero poder de decisión, de control y de reparto, mismo que se blinda y consolida con toda la parafernalia disponible en la red mediática. Los pobres ponen los votos, retienen la “fuerza electoral” para “elegir a su élite proletaria”que retiene, conserva y controla el poder total en un aparente escenario democrático.

Así, la dictadura de la élite proletaria se incorpora o inserta en el discurso democrático y en la conformación del gobierno del Estado para consolidar el mesianismo o redentorismo que finalmente no precisará tanto de votos, como de DEVOTOS para la supresión de la crítica y la suplantación de los principios, valores y fines del Estado por una práctica de gobierno de beneficencia y asistencialismo, ante la cual sucumbe Kant y el hombre termina siendo un medio, un instrumento como “masa proletaria amorfa”.

Los regímenes socialistas y comunistas han colapsado en el mundo, pero es claro que la “élite de la dictadura proletaria” a la sombra de la democracia y de la economía de corte capitalista se ha procurado un discurso “innovador” y se incorpora al proceso de formación, administración y gobierno del Estado Social de Derecho y de su institucionalidad, “compartiendo asiento” [forma de lucha] por consenso, transacción o pacto [que no son democráticos, ni siquiera como los de caballeros] con los actores de las más diversas y hasta contradictorias élites del poder  económico y político a las que tradicionalmente “han combatido” desde su discurso monotemático. 

Es como un contubernio político, transaccional, entre los extremos que siempre se han rozado, es como un “arrejuntémonos ahora” dispuestos a concederse mutuamente los beneficios de la economía de mercado y del poder político, pero esencialmente seguridad: personal y seguridad jurídica del reparto entre simbiontes. Cualquier parecido con situaciones económico-financieras, de mercado y político-electorales de la actual realidad son apenas meras “coincidencias”. ¿”Polarización”? Medellín es una “inmensa biblioteca”.


*Reescrito. Publicado inicialmente el 7 de junio de 2013 “Mi Oriente” y “Reeditor”
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