“Quintero Calle gran empresario e industrial”
(empresario e industrial de la codicia y la felonía y de presunta delincuencia de cuello blanco)
Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Red X: @abogadohurtado
| Que el 29 de octubre el hambre de alimentos, de techo, de vestido, de educación, de salud, de recreación, de empleo formal, pellizquen y muerdan adentro los estómagos y que los “ciudadanos-pobres-piezas” prisioneros de sus propias “humildad, menos fortuna, más pobreza y riesgo de pobreza” vean al frente de las rejas del “BQP-banco Quintero de los pobres” y al alcance de sus manos, las mismas sobras, desperdicios, migajas y endrugos y también las llaves… |
Quintero Calle desde el comienzo de su gestión como alcalde de Medellín, siempre tuvo en su “inteligencia visionaria” [como en circuito paralelo con Luis Pérez] hacer de Medellín la nueva capital industrial de Colombia.
Procurar transformaciones tan profundas de la ciudad a esos niveles empresariales e industriales necesariamente pasaba por acabar con el empresariado y la industria tradicional que quedaba como remanentes desprestigiados y devaluados, dedicados a la trampa y a desangrar el presupuesto público a través de contratación leonina, que no generaban puestos de trabajo formal, estable y digno y que hasta “tetiduros” eran para pagar los impuestos a la ciudad, cuando no era que contrabandeaban la energía para mover sus maquinarias o vendiendo bultos de cemento de 40 k como si fueran de 50 k., y el “acero oxidado”.
Quintero Calle el más prominente empresario e industrial de Medellín en este siglo, desterró al remante mafioso de empresariado e industriales de Medellín, que no permitían la “movilidad social”, el florecimiento y prosperidad de las nuevas “mipymes” radicadas con mayor énfasis en los llamados “barrios populares”, haciéndolas visibles “colocándolas” en la ruta de la consolidación de sus nichos de mercado y en expansión, como máquina transformadora incluso fuera de la jurisdicción de Medellín.
Quintero Calle consolida su propia cofradía para la distribución de los “privilegios” que antes les eran negados a los “humildes, a los de menos fortuna, a los más pobres, a los en riesgo de pobreza” sin que incurriera por ser “el supremo hacedor” del bien común y la “redistribución de la riqueza social”, en quiebres, rupturas o fracturas normativas manteniendo ante todo el respeto por sus conciudadanos aun en oposición y por el ordenamiento jurídico patrio que mantuvo incólume. ¡Qué gran diferencia con los empresarios e industriales del pasado de Medellín!
El gran empresario e industrial, Quintero Calle, creador, innovador, disruptivo, le insufló vida al verbo “bancarizar”, lo que no lograron los bancos de Sarmiento Angulo, ni el banco de Colombia limitados a poner uno que otro cajero en los barrios y muchos corresponsales bancarios en las tiendas, sin que lograran disminuir la circulación de grandes sumas de dinero en efectivo que las “encuestas de taxistas” indican.
El gran empresario e industrial Quintero Calle funda el único y real “banco de los pobres” que ha existido en Medellín, un multibanco-multiservicios en nada parecido con el fundado por Muhammad Yunus.
El “banco de los pobres” propio de Quintero Calle, es un modelo sutil y fuera de lo corriente, su operación gira entre “la caridad” y la “justicia social” conforme a su “visión-misión-precio”.
Los pobres no tienen que hacer ni solicitud, ni registro [ya están registrados desde la pandemia], no pagan cuotas de admisión, ni vinculación, no aportan “dinero como capital” y entre ellos siempre juega y cae el premio mayor y los premio secos del “baloto de las oportunidades” premios que van desde: un mercado, “buen comienzo”, matrícula cero [creada por el gobierno nacional anterior] y hasta los premios gordos de contratos gordos con personas de juntas de acción comunal, juntas administradoras locales, madres cabeza de familia, ingenieros, arquitectos, aseo y ornamentación, “empresarios de farándula y recreación barata” y por supuesto con “empresas de vigilancia barrial”, que forman, después del “staff directivo familiar” el primer anillo del séquito de privilegiados.
La corona del “BQP-banco Quintero de los pobres” es su alta rentabilidad y su “ubérrima” tasa de retorno y el constante y creciente “índice de fidelización” [Castro Chavista] que comporta la “democratización tecnológica” para asegurar el “movimiento sincrónico de la humildad, la menor fortuna, la mayor pobreza y el riesgo de pobreza” con tal solidez que lo convierte en el único banco que distribuye “dividendos fijos futuros” e indexados entre quienes no son socios, ni accionistas y las más “ubérrimas tajadas de ganancias y utilidades presentes y futuras” como sacros diezmos u ofrendas generosas que pertenecen al “supremo creador” Quintero Calle.
El “BQP-banco Quintero de los pobres”, es un verdadero hato lechero que no usa “alimentos industriales ultraprocesados” sino orgánicos y caseritos, sobras y migajas para mantener sanos y fuertes, fértiles y reproductivos los componentes de “la humildad, la menor fortuna, la mayor pobreza y el riesgo de pobreza” de lo que no deja duda la excelsa calidad del producto insignia que “el creador” lleva a su mesa: el queso.
Ni Warren Buffett, ni Soros, ni los Gillinski [al parecer buenos amigos] hallan explicación al histrión Quintero Calle. Dizque viven putos con él y recuentan el chiste del pastuso que se vino a Medellín en busca de fortuna porque aquí “la plata era basura” y al bajarse del bus vio en el suelo varios billetes de distinta denominación y no quiso recogerlos para mejor irse a descansar y empezar al día siguiente.
El “BQP-banco Quintero de los Pobres” tiene unos numerosos activos, “los pobres” con sus intangibles: “humildad, menos fortuna, pobreza y riesgo de pobreza” como “valores agregados” que definen la “visión-misión-precio” del banco y útiles a la expansión a otros condados, principados y cantones.
El “BQP-banco Quintero de los Pobres”, transforma las debilidades “humildad, menos fortuna, pobreza y riesgo de pobreza” en las mejores fortalezas llevando casi a “cero” los riesgos de “patologías y fallas y colapsos estructurales”. “Humildad, menos fortuna, pobreza y riesgo de pobreza” son los aceros stalinianos que sirven de amarres a cada “pobre-pieza” controlando incluso por encima de las normas de sismoresistencia vigentes, todo movimiento por leve que sea y que pueda romper la sincronía del sistema; así, ninguna “pieza-pobre” se moverá “sin la voluntad del hacedor” consolidando el “BQP-banco Quintero de los pobres” como el banco de “primera línea” de Medellín y con sucursales en otras ciudades.
El “BQP-banco Quintero de los pobres” en sus “planes financieros” ha descubierto que “un estómago con hambre” de comida, de techo, de educación, de salud, etc., con cualquier sobra o migaja se hastía y se “autodespoja” de la dignidad, la libertad, la autonomía.
Algo nos enseñan la tradición sobre cómo cazar “cerdos salvajes” y la historia de regímenes autocráticos y totalitarios, sobre el porqué a sus prisioneros se les mantiene afuera de sus rejas y al alcance de sus manos y sin esfuerzo, un mendrugo y las llaves de la celda y sin embargo permanecen eternamente prisioneros.
Puede Quintero Calle poblar todo Medellín con sus vallas de “Medellín la paz sea contigo” y de nada le valdrán porque “los más humildes, los de menos fortuna, lo más pobres y los en riesgo de pobreza”, ya saben y sienten que: las manos de Quintero Calle cuando dan y/o reciben, muerden.
Los únicos prójimos y conciudadanos que de forma abierta, dolorosa y hasta dolosamente han sido saqueados, secuestrados, constreñidos y extorsionados moralmente en Medellín, han sido “los más humildes, los de menos fortuna, los más pobres y los en riesgo de pobreza”.
Quintero Calle es el empresario e industrial más grande de Medellín, empresario e industrial de la codicia y la felonía y de presunta delincuencia de cuello blanco.
El “BQP-banco Quintero de los pobres” es un banco de prisioneros y sus dueños gozan de cabal salud y plena libertad.
Que el 29 de octubre el hambre de alimentos, de techo, de vestido, de educación, de salud, de recreación, de empleo formal, pellizquen y muerdan adentro los estómagos y que los “ciudadanos-pobres-piezas” prisioneros de sus propias “humildad, menos fortuna, más pobreza y riesgo de pobreza” tomen conciencia que al frente de las rejas del “BQP-banco Quintero de los pobres” tienen al alcance de sus manos las mismas sobras, los mismos desperdicios, las mismas migajas y mendrugos, pero también las llaves…