“Petro-corporatodelincuenciocracia” Realidad, no neologismo. Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: @abogadohurtado
Salir a VOTAR MASIVAMENTE en la MAÑANA por RODOLFO, primera casilla en el tarjetón.
Alguien tenía que decirlo o intentar decirlo de otra manera.
El asunto no es Uribe, ni es de Uribe, ni es de Uribismo, ni es de centros democráticos, ni de santismo. El asunto es Colombia en democracia o “Nos unimos todos o nos jodemos todos”.
Empiezo a recordar. Hace algunos años en el primer período presidencial de Juan Manuel Santos, en la prensa empezaron a conocerse las noticias sobre las “primeras fisuras” en las relaciones entre el presidente Santos y el expresidente Uribe Vélez y con modestia cuando avanzaron a situaciones algo más complejas atinamos a señalar que talvez ya no se trataba de fisuras, sino de brechas a través de las cuales y sobre alfombra roja harían su ingreso triunfal no solo la delincuencia de las farc, sino toda la criminalidad junta a la cúpula del Estado.
Jamás nos pronunciamos respecto a sí desde el primer período presidencial de Santos y hasta el final de su segundo mandato y hasta ahora, el señor Uribe Vélez había sido “víctima de su traición y subsiguiente su perseguido político y penal” por la razón de solo tener mera noticia [nunca conocimiento] a través de todos los medios de comunicación sobre las gruesas imputaciones que aún se le hacen respondiendo a la coherencia que debemos a principios universales de la dignidad humana, la presunción de inocencia, el debido proceso, el derecho de defensa, la buena fe, etc.
Solo hace unos meses escribimos que en el país se sentía “la saturación de Uribe” y le pedimos al expresidente que frente a Fico mantuviera prudente distancia y sepulcral silencio, lo que ha hecho hasta el momento cerrando la puerta a la crítica que contra Fico trató de levantarse por la adhesión inmediata del señor Zuluaga.
Fico, lo dijimos, mostró en la primera vuelta la gran capacidad de concitar en torno suyo el beneplácito y la voluntad de más de cinco (5) millones de colombianos manifestando la decisión de elegirlo presidente de la República.
Entre los cinco (5) millones de ciudadanos que sufragamos por Fico, muy probablemente sumamos un millón, dos millones o más de ciudadanos que no pertenecemos, ni a los “ismos”, ni a los “istas” de Uribe, ni de Santos y eso debe quedar claro.
En la otra orilla, quedaba un ciudadano candidato que las encuestas contra la democracia y los medios contra-democráticos: prensa escrita, radio, TV. redes sociales y sus “borregas y borregueros” y la “constitución que marcha destruyendo e incendiando en las calles”, no le auguraban más que el papel actual de un remozado “candidato Goyeneche o el de un Evaristo Sourdis o el de un Gerardo Molina”.
Sin embargo, este ciudadano candidato Rodolfo Hernández y once (11) millones de colombianos con él, hemos sido convertidos hoy, en la primera opción de un país que encuentra en la amenaza de muerte y en la muerte o en el exilio la implementación y desarrollo de esa “constitución que marcha destruyendo e incendiando en las calles” y que a voces del “purismo constitucionalista” continental ha sido aplazado durante tres décadas en Colombia, avizorando extender el “tapete rojo” en su tramo final hasta el solio de Bolívar en la Casa de Nariño, con el presidente número 61, que sea como sea, en una suerte de pervertido determinismo contra la humanidad y contra el resto de conciudadanos anuncian imponer, ganen o pierdan, a las buenas o a las malas con el señor Gustavo Petro.
Desgracia para Colombia son los principios constitucionales de dignidad humana y buena fe presumida, letra muerta, “vasos medio llenos y vasos medio vacíos”, que el “olimpo jurídico nacional”, ni en sus textos, ni en “sus espíritus”, ni en sus discursos pro-petristas se atreve a recoger en su verdadera realidad social que no es otra que la de la MALA FE y ni siquiera presumida, una “mala fe de enemigo” desdoblada en: eximente de toda culpa y dolo para el victimario y en juicio de atribución de responsabilidad para la víctima solo entendible bajo la doble faz del que “predica pero no practica”.
Y aunque a algunos no les gusten mucho los neologismos, si algo queda claro para Colombia, doce (12) días antes de la elección presidencial, es que del escenario político democrático y del Estado Social de derecho democrático y participativo se apoderó la élite de la “corporatodelincueciocracia” nacional.
“Petro-spectivamente”, J. J. Rendón en su momento fue y se quedó como una “güeva”.
Cada vez más, el diario acontecer nacional me reafirma para sostener que: un cínico no es más que un pobre hombre prófugo de su conciencia.
Que Roy Barreras anuncie que “me aíslo de la campaña de Petro” luego de invocar las normas de “su constitución nacional” de las que pretende el amparo ante la grave “violación de su intimidad” presuntamente por la Revista Semana, como si se tratara de un “roypetrogate”, es acto propio confirmatorio de su cinismo como el “roy de las tinieblas”.
Entre el “aislamiento que ofrece de manera tan generosa y democrática” y la oscura clandestinidad en que actúa como dan cuenta los “petrovideos”, no hay ninguna diferencia cuantitativa, ni cualitativa.
Al contrario y por lo sustancial, la o las reuniones de las que dan cuenta los “petrovideos” son absolutamente clandestinas y no puede diluirse su significación bajo las etiquetas de “derecho de estrategia, táctica, planeación de campaña, confidencialidad, intimidad, privacidad, inteligencia” por la simple consideración que en razón a la democracia, el bien común, la salud de la patria y desde el entendimiento y la cooperación entre los colombianos, es perverso pretender obtener el poder destruyendo y aniquilando al contradictor moral y hasta físicamente, lo que no se ha quedado en la retórica de los Gustavos sino que ha pasado de acciones potenciales a actos concretos como es saber que sobre el candidato Rodolfo Hernández se ciernen planes criminales para atentar contra su vida.
Y un plan criminal de tal envergadura solo ha podido iniciar con “la palabra en clandestinidad” y desde ella empezó a tomar forma con definido perfil respecto de la alta carga de perfidia y de capacidad para maquinar daño “a los otros” contendores o contradictores políticos legítimos, convertidos en “sus enemigos” y de la enorme capacidad para poner, como ha puesto en inminente peligro a todos los conciudadanos colombianos, a la Nación, al pueblo soberano, a la República, a la democracia y al Estado Social de derecho democrático y participativo, al derecho a elegir y ser elegido y suprimiendo y no de modo indirecto, sino por vías de hecho, la autonomía de 50 millones de colombianos y no solo al candidato.
Cuando las políticas globales giraron del concepto de la “seguridad nacional” al concepto de Seguridad Humana, abarcaron los temas de: seguridad política, seguridad jurídica y seguridad personal entre otros y estableciendo como nuevo paradigma que: “no podrá existir un pueblo o un país seguro, mientras uno solo de sus ciudadanos no esté seguro”.
Y si bien sostenemos que en Colombia hay “saturación de Uribe”, que no compartimos que sea el único que puede orientar los destinos del país eternamente y que consideremos que sus “tesis” de “confianza inversionista, seguridad democrática y cohesión social” han sido ampliamente superadas en su enfoque global y que el país no se quedó en ellas ni con Santos, ni con Duque, no por sus propios designios sino por fuerza de la inserción del país en el esquema de mercado y economía globalizada, del mismo modo ello no quiere decir que formemos parte del “antiuribe” ni como expresidente y mucho menos como conciudadano con la dignidad de expresidente de la República con sus aciertos y errores y absolutamente mucho menos como persona humana.
No es uno, ni dos, sino 50 millones de colombianos ahora amenazados; amenazados todos en la amenaza al señor Rodolfo y al señor Uribe; amenaza que en los términos de “destrucción”, es aniquilamiento que ni siquiera como fin de la presencia ideológica o de doctrina es concebible y menos aceptable en una democracia sana y madura y mucho menos cuando la amenaza o el designio político-electoral es inescindible entre líderes y conciudadanos adeptos y de manera especial por la condición en que sus efectos siendo previsibles en cualquier circunstancia son incontrolables, existiendo ya incuestionables contextos de violencia moral y no pocos indicios de hasta conducción a violencia física alentados desde el petrismo o “pacto histórico” como son actos anunciados de escamoteo para el día de las elecciones a través “campamentos urbanos y pueblo a las calles”.
Cinismo desbordado el que se palpa en los petrovideos pues no hay sino un solo objetivo que puede resumirse como designio en “ahora o nunca a las buenas o a las malas Petro presidente” y siendo trascendental repensar la radiografía que la propia cónyuge, la señora Alcocer, hace de su cónyuge Petro.
Cinismo del petrismo desde sus predicados y juicios de considerar como extraña simbiosis el afecto y la credibilidad que muchos colombianos tienen por y en el señor Uribe y hasta el punto de juzgar y con condena a todo conciudadano que aspire a corporaciones de elección popular o a ser presidente de la República bajo la etiqueta de “Uribe en cuerpo ajeno” como si 11 millones de ciudadanos que votamos por Fico y por Rodolfo, fuéramos todos con ellos, ciudadanos siameses del doctor Uribe.
A diferencia y contados en dos (2) oportunidades, el petrismo o pacto histórico sí tiene 8 millones de “ciudadanos siameses”, homogeneizados más desde la “promesa de barrigas llenas”, “democratizar la propiedad, bono, subsidio y ficho y cola” que desde el cerebro o desde el corazón, la democracia y el humanismo.
Cinismo el de hasta tres Gustavos, un Roy y otros afirmando que de ser elegido presidente terminará su mandato en 4 años.
Petro ha anunciado un “firmar un nuevo pacto social” que no es otra cosa que un “nuevo pacto político” que no es nada más y nada menos que convocar una asamblea nacional constituyente que expida una “nueva constitución” del tamaño del bolsillo de Petro, como exactamente lo hizo igual Chávez, como se hace en Chile ahora mismo y como se plantea en Perú.
Nada más y nada menos, Petro anuncia: constituyente, nueva constitución y reelección indefinida o de otro modo su propia dictadura con “elecciones periódicas” como en Venezuela, con voto electrónico y un consejo nacional electoral que no puede sino “contar siempre sus mayorías”.
Pero, por más que lo niegue o lo afirme ese es el modus operandi de las dictaduras de izquierda en Latinoamérica y para que no quede duda, es la propia senadora petrista Clara López Obregón, parienta de López Michelsen la que afirma: “Uno puede prometer algo para llegar a la presidencia y después de obtenerla decir que cambió de opinión”. Y algún otro Gustavo que en nombre de la democracia que hoy se esfuerza en aniquilar ocupó alguna magistratura en Alta Corte de Colombia, con el mismo cinismo que hay en el “adn de los petristas” ha dicho: “En la recta final Hernández abandona el país, deja a sus electores sin candidato. Anticipo de un amanecer de un nuevo amanecer” y uno se pregunta: si así miente ya en disfrute de su pensionatura a cargo del bolsillo de todos los colombianos, cuánto no mentiría antes de ella, en las aulas de clase de alguna universidad y en la magistratura, en nombre de su “íntima convicción partidista”. ¡Qué horror, qué cinismo, qué desvergüenza!
Y es que es cínico, este “otro Gustavo” pues el candidato Rodolfo no ha abandonado el país, ni ha dejado a sus electores sin su candidatura. Y además en su cinismo y como “jurista” no abrió la jeta para siquiera rechazar protocolariamente el matoneo, la destrucción y el aniquilamiento moral que se ha hecho al candidato Rodolfo porque a su hija secuestrada y desaparecida hace doce (12) años, como debe ser y es, aún le aparece vigente en la Registraduría Nacional del Estado Civil su cédula de ciudadanía y porque además como deber ser y es, aún aparece como titular del derecho real de dominio de algunos bienes.
Hipócritas, cínicos. Puedo dar a conocer a la luz pública un acto de desaparecimiento ocurrido en el año 1996 y cuyo proceso de declaración de muerte presunta apenas sí se inició en el año 2004 y concluyó con sentencia ejecutoriada en el año 2009. Pero, no. Era más fácil armar pedo contra la integridad moral del candidato Rodolfo que actuar como abogados explicando a la ciudadanía lo que implica un desaparecimiento de una persona en Colombia.
Silencio. El “olimpo jurídico nacional”, ni en sus textos, ni en “sus espíritus”, ni en sus discursos pro-petristas recoge como verdadera realidad social la MALA FE y ni siquiera presumida; una “mala fe de enemigo”desdoblada en: eximente de toda culpa y dolo para el victimario y en juicio de atribución de responsabilidad para la víctima.
Cínicos: pobres hombres prófugos de sus conciencias pero absortos en la autocontemplación de sus “superioridades morales” pergeñadas para dañar a sus prójimos, a sus conciudadanos a quienes sin duda y por fuerza de la tozuda perversidad que les habita no dudan en arrastrar a la indignidad, a la miseria que ha significado y significa el actual “progresismo” en que se ha disfrazado el socialismo y comunismo, en el híbrido que se recoge en neologismo como la nueva “élite de la Petro-corporatodelincuenciocracia” Latinoamericana.
Vuelvo y repito de la columna anterior que sea el miedo el que nos llene de valentía y coraje, pues que al fin y al cabo es nuestro único mecanismo natural para enfrentar la adversidad y el peligro. Ni un voto en blanco y no ECHAR TARJETONES SIN MARCAR en la URNA.
ALERTA. ALERTA Se tienen noticias de que el PETRISMO en la tarde del domingo tiene preparadas TOMAS y BLOQUEOS de las calles.
Salir a VOTAR MASIVAMENTE en la MAÑANA por RODOLFO, primera casilla en el tarjetón.