Medellín, cumplimos. Columna del Abogado Nelson Hurtado Obando. Twitter: @abogadohurtado
Dos simples ciudadanos-abogados: Gloria Yaneth Vélez Pérez y Nelson Hurtado Obando y como lo hemos reiterado en numerosos artículos, sin ser “uribistas” ni estar adscritos o afiliados a ningún otro “ista o ismo” procuramos la presentación de una demanda en acción de cumplimiento bajo estrictos y rigurosos criterios jurídico-legales para remover ante todo la que consideramos ilegítima e ilegal decisión de la tutela fallada por una jueza de la ciudad de Bogotá, guiados siempre por la única razón de la prevalencia y la integridad del ordenamiento jurídico en el contexto de la democracia, la libertad, la autonomía, la soberanía popular y el derecho a que todos los ciudadanos podamos ejercer el control político sobre nuestras legítimas autoridades.
Como ciudadanos y como abogados, [raros entre “las especies”] no hicimos ruido, pero no guardamos silencios y nunca tuvimos que recurrir al chisme, la calumnia, la mentira, las “fake news”, ni a los sórdidos expedientes de “las denuncias de corrupción” aún no sentenciadas por los jueces de la República y mucho menos a los argumentos “Ad homine” contra el señor Quintero o su cónyuge, ni contra nadie.
Cumplimos. Como ciudadanos y abogados nos determinó que se restableciera el orden jurídico nacional y que los principios “pro persona o pro homine” y “pro electoratem” sean los que garanticen la plena vigencia del orden jurídico, la democracia, la soberanía popular y la potestad del pueblo de ejercer control político, que algunos ilusos creen que está limitado a los famosos debates de “ moción de censura en congreso, asambleas, concejos” o a las citaciones que estos hacen a algunos servidores públicos.
Cualquier resultado que refleje la votación revocatoria en Medellín, no nos altera en la inmensa satisfacción que sentimos como ciudadanos y como abogados, porque en tal doble calidad hemos cumplido con los prójimos, los conciudadanos, la ciudad, la patria, la democracia, la vida, la libertad, la dignidad humana y hemos dejado alta la vara por el ejercicio profesional en el sentido que “el derecho está allende las normas” y que el ejercicio profesional nos impone en nombre de la humanidad abandonar las zonas de confort en especial del rol profesional reducido a ser meros “reproductores de las normas legales”.
Nos movimos entre el bloque de constitucionalidad [normas internacionales], la Constitución y la ley y los precedentes de la Corte Constitucional y el Consejo de Estado y con argumentos advertimos las actuaciones irregulares del Consejo Nacional Electoral y de la Registraduría Nacional del Estado Civil y anunciamos que se enfrentaba el peligro de crear en Colombia una “corte electoral”, de la que ya se ha puesto la semilla en el proyecto de reforma de la ley electoral que cursa en el Congreso. Pocos ciudadanos en Colombia vislumbran lo que esto significa para el ejercicio de los derechos civiles y políticos y las libertades ciudadanas.
Fuimos coherentes y el resultado está a la vista: una sentencia de tres magistrados de la Rama Judicial de Colombia a quienes no conocemos personalmente que definen en nombre de la República y por Autoridad de la ley un fétido asunto con origen en las actuaciones administrativas de una autoridad de elección popular que no estuvo a la altura de sus conciudadanos, ni a la altura del pueblo soberano de Medellín y que somos todos, seamos del estrato 1 o del estrato 100.
“Nada más antidemocrático y dictatorial que evitar un proceso de revocatoria, donde el pueblo manifiesta su inconformismo creciente con una administración que polariza y destruye todo a su paso”.
“Aunque para algunos los principios se acaban cuando empiezan los contratos, en nuestra tierra hay gente decente y valiente capaz de defender la dignidad del pueblo asaltado q la aclama”.
A los epítetos de todos los calibres disparados de todas las vertientes, en especial de los llamados gurús del marketing político-electoral, los intrusos contrademocracia en la cena de “las emociones humanas-ignorancia” de amplios sectores populares que luego cobran del presupuesto público hemos guardado la prudente reflexión y distancia sabiéndonos con certeza que no somos individuos de ninguna “jauría” y que no vamos por ningún rédito, utilidad o ventaja que signifique precio [pago del erario] porque la ciudadanía de Medellín sabe que no somos “ese necio que confunde VALOR CON PRECIO”.
La hipoteca más gravosa e irredimible que cargan algunos "seres humanos" es la que constituyen con su egoísmo y egolatría en favor de la tenaz acreedora: su propia soberbia.
Estaremos, la abogada Gloria Yanet Vélez Pérez y Nelson Hurtado O, en el anunciado “ciclo de conferencias” contrarrevocatoria. Estaremos juiciosos en el auditorio y desde ya prometemos acrecer “la masa” como “solo consumidores de respuestas” que según las expectativas abarcarán hasta temas de teoría del Estado, ciencia jurídica, lingüística, psicología, filosofía, antropología y, por supuesto, todas las variables de las pseudociencias como el marketing, el neuromarketing, “el hombre marca”, etc.
Sin duda, el gran problema que soporta la humanidad en la “Sociedad Líquida” es la sobreoferta de “productos licuados”.
A Gloria Yaneth Vélez Pérez y a Nelson Hurtado O, por fortuna “El Éxito siempre nos queda a 2 cuadras de la casa y en caso extremo tenemos el “Carulla 24/7” como tampoco nos arropó la “fiebre influencer”, ni aspiramos a obtener ningún premio de las “Franquicias nobel awards a la estupidez e imbecilidad humanas”.
Hemos cumplido con los prójimos, con los conciudadanos, con Medellín, con la patria, con la vida y la dignidad humana en libertad y en democracia.
“Jueces tiene Berlín” y Medellín y la justicia es el último bastión de la democracia.
Dios les pague a cada conciudadano que nos ha expresado su solidaridad ante los protervos, sórdidos e impúdicos epítetos que hemos recibido de parte de algunos “influencers y mercaderes” de la política, herreros de las largas cadenas y “redes”…que han olvidado que en Medellín y en Antioquia llevamos “el hierro entre las manos porque en el cuello nos pesa”.