Con sorpresa recibí la noticia que el doctor Andrés Aguirre Martínez se retira próximamente del cargo de “Alto Liderazgo” del Hospital Pablo Tobón Uribe, benemérita entidad a la cual el doctor Andrés consagró más de 35 años de su vida humana, profesional y científica hasta llevarlo a su actual estado de desarrollo no solo por la colosal multiinfraestructura material, sino en especial por la arquitectura y la filigrana de las estructuras de gestión, administración y gerencia desde el tejido de las complejas relaciones humanas y profundamente humanistas a todos los niveles con el personal que vocacionalmente allí presta sus servicio y en especial con los seres humanos que allí acuden por su salud y por su vidas. Siempre he sentido especial amor por toda la obra de don Pablo Tobón Uribe en lo cultural y en el área de salud, como así mismo por el Hospital San Vicente de Paúl, sin dejar de reconocer la meritoria labor de otras entidades hospitalarias y clínicas de la ciudad de Medellín.
Con el doctor Andrés Aguirre solo he tenido una entrevista personal hace ya más de 20 años, pero con su señora madre, eminente matrona de la ciudad compositora y cantante y con su pariente de la librería Aguirre fueron más los encuentros propiciados por quien fuera mi jefe laboral en entidad bancaria y personaje clave en toda la vida cívica, cultural y de solidaridad en la ciudad de Medellín.
Recientemente, el doctor Andrés Aguirre llegó a mi casa personalmente, con “excelente carátula y muy bien empastado” en su libro editado con el auspicio de la fundación de Bancolombia y a través de uno y otro tuit cruzados en las redes y en los videos de sus conferencias que han contado con el auspicio de Sura y de otras instituciones, entidades y empresas de Medellín.
Aprecio mucho al doctor Juan Camilo Restrepo G., exalcalde (e) de Medellín y siento legítima su aspiración y además porque aunque ligado a algún partido político, tiene el suficiente carácter y coraje para hacer que “la patria sea por encima de los partidos” y no obstante sigo insistiendo en que el próximo alcalde de Medellín 2024-2027 debe ser el médico Andrés Aguirre Martínez.
En 35 años de servicio en el H.P.T.U., nunca la ciudad de Medellín ha conocido de ningún escándalo, acciones temerarias, conductas inescrupulosas, “triángulos y triangulaciones”, convergencia o concurrencia de actos e intereses indebidos, malos manejos o malos tratos al personal de servicios generales, administrativos, asistenciales, médicos, científicos o en sus relaciones con la institucionalidad de la patria, entidades y empresas públicas y privadas o con la academia y mucho menos con los seres humanos de menos fortuna de la ciudad y de otras partes de Colombia, en los que se involucre tan siquiera a título de sospecha el nombre del doctor Andrés Aguirre Martínez.
¿Es un político el doctor Andrés Aguirre Martínez? Sí es un político, porque como lo enseño Aristóteles el “hombre es un ser social por naturaleza” y no es un político porque no lo acompaña la desgracia de los políticos que conocemos y que nos han gobernado en nombre de todo y en nombre de nada que no sea distinto a sus propios intereses particulares y/o partidistas que por lo que vivimos y padecemos en Medellín son diametralmente opuestos a la filosofía y a la política del bien común de la humanidad y el humanismo.
Sé que mi proposición no tiene la fuerza “financiera y económica” que predetermina no solo los candidatos sino también los “elegidos-preelegidos” pero me mantengo firme en presentarla ante la ciudadanía de Medellín, ante el más humilde y hasta el más encopetado, por la simple razón que Medellín como territorio del discurrir de nuestra vida individual, familiar, comunitaria, cultural, social, económica, política y vida y ante todo, vida humana, no solo se merece un norte, sino que necesita con extrema urgencia un norte-norte, una estrella que nos guie el camino ante el inminente periclitar no solo de la institucionalidad democrática, sino de la decadencia de la familia humana.
Mi proposición no es descalificante de ningún otro prójimo o conciudadano que aspire en su derecho fundamental a elegir y ser elegido; mi proposición se funda en la coherencia vital del doctor Andrés Aguirre Martínez dedicada al bien común, al servicio de los demás y en el sentido valioso que no hay mejor programa de gobierno que la bondad y el humanismo de los que se clama por su retorno desde la academia y las ciencias y eso es el doctor Andrés Aguirre Martínez, diría que la bondad y el humanismo hechos hombre.
Es vasta la formación personal, familiar, cultural, académica y científica del doctor Andrés Aguirre Martínez, diría que no está acreditada por “cartones” de universidades y menos de universidades virtuales; él es uno de esos seres antorcha entre la oscuridad de un mundo habitado por luciérnagas, él es ese ser humano-estrella cuya valía no está tanto en lo que brille, como en lo que titila en un mundo de “estrellas de set” que brillan hasta el encandilamiento, pero que no titilan. Él es ese ser humano cálido y cercano, cada vez más sabio en cuanto cada vez más humilde, un hombre estudioso, ponderado, con la virtud de la sindéresis y ejecutor en las dificultades, la voz de la humanidad que quizás no escuchó Medellín en el momento más crítico de la pandemia y que se alzó ante las instancias de gobierno municipal, departamental y nacional dándole a Medellín la certeza de la gestión honrada en la ampliación de las instalaciones en el H.P.T.U., como una clara advertencia que los recursos del servicio de salud no se podían jugar a los dados en elefantes blancos como quizás terminó siendo la Clínica Saludcoop en la avenida 80 en la cual al menos en nuestra percepción los dineros públicos en ella invertidos no cumplieron las finalidades a que debían destinarse.
Finalmente solo quiero pedirle a mis prójimos y conciudadanos de Medellín, a sus empresarios todos, los del GEA, los no GEA y los antiGEA, a los “pastores de todas las religiones políticas y empresas electorales” que pueblan este Valle a que en un acto de grandeza, de máxima humildad-sabiduría, en un intento de retorno por la humanidad y el humanismo cursemos prontamente respetuosa petición al doctor Andrés Aguirre Martínez ante su retiro del H.P.T.U., a que acepte ser candidato a la alcaldía de Medellín 2024-2027.
Si pasamos los ojos a mirar el H. P. T. U. y su entorno nos asombraremos al poder identificar que esa colosal infraestructura no está construida, levantada y edificada solo de hierro y cemento y cajas registradoras, sino de vida y vida valiosa, de bondad, de belleza, de ética y estética, de sindéresis, de honradez, de coherencia, de dignidad humana, de solidaridad, no de solidarismo, una obra colosal desde lo material y desde lo espiritual habitada de silencio, quizás “demasiado pequeña” ante los “castillos de naipes” y la Babel de las redes y los “influencers” de ámbitos globales.