A 36 años…sigue la pira ardiendo
Por: Abogado Nelson Hurtado Obando
Twitter @abogadohurtado
no dieron su vida en vano”.
Lincoln
Por acto legislativo 01 de 1986 [enero 9] se reforma la constitución para dar paso a la elección popular de alcaldes. El 13 de marzo de 1988 se realiza la primera elección popular de alcaldes que toman posesión de sus cargos el 1° de junio del mismo año.
Quizás no nos quedaba más esperanza que la expresada por Abraham Lincoln después de la guerra civil en EE. UU., como designio de la nación: “Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparecerá de la faz de la Tierra”.
En Colombia se expandió como verdolaga en playa la “emocionalidad” de la descentralización confundida con la simple desconcentración de funciones entre niveles y con pomposos ribetes de “autonomía local” como si a la paz, al progreso humano de las comunidades municipales bastará pasar el “cordón umbilical del alcalde” del “enchufe del gobernador” al “enchufe de la elección popular” para que la creatura naciera sana, robusta y sin “mancha de pecado original”; fue el ilusorio advenimiento del “…gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
En nuestra “inocencia tropical” la esperanza también se puso en la Constitución de 1991 en la nueva concepción del Estado y su rediseño y con la consagración de los derechos fundamentales, las garantías a las libertades civiles y políticas y como si su origen real hubiese sido “la séptima papeleta” promovida por un grupo de estudiantes que contaron con la “buena suerte” del beneplácito en decreto presidencial.
36 años después de la pira que consumió los cuerpos y las almas de la más preclara conciencia jurídica de Colombia y de muchas otras personas en el diabólico incendio del Palacio de Justicia por virtud de la criminal alianza entre criminales comunes perversos y perversos criminales “políticos”, esa misma pira continúa y continuará estratégicamente ardiendo por cuenta de unos, de otros y de todos.
Es irresistible en el espacio público o en una reunión hallarse “coincidencialmente” frente a otra persona que lleve puesto un vestido o una camisa igual al que llevamos puesto. Selectivos “consumidores de respuestas”.
Nos molestan las “tallas” de los disímiles vestidos de “mi verdad” y de “tu verdad” ignorando llevar puestos vestidos que sin ser de nuestra elección lucimos como vestidos de “talla verdad única” de quienes anónimos como anónimos nos miran. “Consumidores de respuestas homogeneizados” sin importar que estemos ardiendo todos en la misma pira.
Combustibles y comburentes y atizadores de todo fuego.
36 años después la pira sigue ardiendo; el vestido “talla verdad única” nos incomoda <<por ancho, por estrecho, por sus pliegues y sus alforjas, por los “idos de sus costuras”, por los modistos…>> porque en el mundo de lo “fashion” no está a tono con las “nuevas vanguardias y primeras líneas” expertas y especializadas.
No puede apuntarse el dedo índice hacia el sol para ocultarlo. Hemos tenido jueces corruptos, pero no todos; tenemos burócratas desempeñándose como jueces, pero no todos y así, aunque la pira siga ardiendo no podemos seguirla usando como el “azador” de finca en fin de semana para servir exquisito “corte de juez” o “filete ruso”.
No estaba tan distante la distopía de la utopía; avanzan el soft power, el soft law; de la descentralización-desarrollismo se da el salto al estado de bienestar, al globalismo-progresismo y a su vestimenta “ancha y estrecha” pero a la moda de todas las incertidumbres.
No fue ninguna serendipia que J. Campás advirtiera la deriva de la sociedad humana hacia <<…”una cultura amnésica en la cual cualquier cosa está mezclada en un pantano supercontaminado de imágenes y sensaciones”, una cultura en la que la narración ha sido sustituida por el flujo, la conexión por la desconexión y la secuencia por la aleatoriedad”>> Una sociedad harta de software, de programas, de “programáticos y programadores, de divinidades y adivinadores”; una sociedad bajo la conducción de “políticos ahítos de todas las respuestas, pero vacíos de todas nuestras preguntas”
Se agrega a lo anterior <<la pérdida de vigencia de las palabras “en el intercambio acelerado”…>> como lo expresara M. Subirats.
Sucesos recientes a nivel nacional y más concretos en la ciudad de Medellín no dejan duda alguna de que la pira de hace 36 años sigue ardiendo, con combustibles “ecoconstitucionales, ecolegales, ecopresupuestales y ecocontractuales” y en manos de diversos atizadores, viejos y nuevos con el mismo discurso “recirculado” que no son opción frente a todos los subdiscursos que escinden la familia humana y a la que cada día y con más agresividad la “paraeconomía de la corrupción” desarraiga, desplaza y “moviliza socialmente” al círculo de la pobreza sin retorno, mientras el “noveno círculo” de esta “Divina comedia” carece de huéspedes. Una cosa es que Dante y Virgilio hayan escapado de nuevo hacia la luz y la libertad escalando las espaldas de Lucifer y otra cosa bien distinta es confiarnos a ser llevados en las espaldas de tantos Lucifer. Principio de precaución.
Animales humanos, sí, pero, sin humanidad, ni humanismo.