¿Será que no podrá contarse en Colombia con candidatos que no tengan un manto de duda en sus actuaciones y que conformen un equipo de colaboradores y aliados que tampoco lo tengan? Es que la transparencia, la decencia y la confianza en la práctica política, debe ser una exigencia para todo aquel y todos aquellos que aspiren a ocupar cargos públicos, sean de elección popular o no, y sean de derecha, de centro o de izquierda o de sus combinaciones.
No cabe duda que hay candidatos y candidatas al Congreso de la República (Cámara o Senado), que llaman la atención con sus propuestas de corte igualitario, defensa de La Paz, mejoramiento de la educación, lucha contra la corrupción, defensa de los derechos humanos, entre ellos, los derechos de libertad, dignificación de campesinos, indígenas, entre otros grupos en situación de vulnerabilidad, sin embargo, al evaluar estas propuestas y su posibilidad de éxito a partir de aquellos con los cuales se encuentran aliados los candidatos y candidatas y con los cuales han construido y promovido su estrategia de campaña, que por su trayectoria han demostrado no ser de fiar, puede, inicialmente, concluirse, que las propuestas "programáticas" serán de difícil logro, dado que por frutos del propio candidato o candidata, o del equipo o aliados que lo o la acompañan, se evidencia que lo planteado en las propuestas, no es o sería lo que realmente les anima.
Tal vez unos criterios para valorar cuál ha de ser la mejor opción para confiar el Voto, será a partir de meditar y razonar sobre las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son los frutos o las obras del candidato o candidata? Es que no olvidemos "que por sus frutos los conoceréis", que "no puede pedírsele peras al olmo", que "nadie puede dar de lo que no tiene" y que quien habla de derechos humanos luego de haber abusado o estar abusando de ellos, no es de fiar.
- ¿Con quién está aliado o está rodeado el candidato o candidata?. Esto porque también hay que recordar aquel dicho de la sabiduría popular "dime con quien andas y te diré quien eres o qué harás?.
Con lo anterior busco que políticos y electores mediten en la necesidad de procurar transparencia, decencia y confianza en la práctica política para garantizar un Estado Justo y en Paz regido por criterios de igualdad, pluralidad y respetuoso de los derechos de libertad, más allá de la ideología que cada uno quiera defender.
Aclaro que este texto no es nuevo. De hecho lo publiqué el 15 de febrero de 2014 en víspera de elecciones al Congreso de la República en ese año (https://www.vozjuridica.com/wwwvozjuridicacom/poca-electoral-y-qu-problema-con-los-polticos), pero en vista de que estamos congelados en el tiempo, que seguimos en el mismo lugar y con la misma gente y que solamente como novedad en la izquierda, centro y derecha, se encuentra la sumatoria de "PatanesHistóricos" que andan en tarimas dando codazos a las mujeres mientras refuerzan la aspiración al Congreso dizque para defenderlas y que, además, lo novedoso es que hay tamales a pesar de lo cara que está la papa, el maíz y la carne, que también se pueden recibir los $50000 que ofrecen por un voto para invertirlos en mercado (lo que alcance claro), que las amantes decidieron hacer públicas sus aventuras para atacar aspiraciones políticas y las esposas indignadas "frentearon el corte" con discursos decentes, que los del cambio se unieron con los que deben ser cambiados y entonces los que deben ser cambiados continúan en el equipo, pero pasan a la banca y sigue intacta su bancada, encontré oportuno "republicar" este escrito porque como ya lo dije: seguimos en el mismo lugar y con la misma gente, aunque, a mi juicio, seguimos... pero peor, porque hoy la misma gente ya no es contraria, ni se contradice, pero las necesidades no son las mismas, sino que son mayores y si quienes las van a resolver son los aliados de los que no las han resuelto, sería bueno que no dejemos de preguntarnos por quién votaremos al Congreso de la República.