En ese contexto, parto de indicar que los asuntos de familia no deben sernos indiferentes en ninguna circunstancia, así la familia a la que pertenezcamos no tenga ninguna dificultad presente. Señalo esto porque los dramas que muchas familias vivencian terminan siendo desgarradores para su ánimo, salud física y mental y unidad familiar, así no se trate de hechos tan atroces como los que acontecieron en la familia Leal por causa del doble homicidio agravado perpetrado por el confeso asesino Jonnier Leal, o así no sea un asunto de maltrato intrafamiliar entre padres/madres e hijos, porque estos no son los únicos problemas que padecen las familias, ya que hay otros que se presentan por la injerencia de terceros interesados en algún beneficio que de la familia puedan derivar y desde ese interés provocan el caos familiar y el conflicto, muchas veces por el uso o la manipulación a alguno de sus miembros o mediante las amenazas como ocurre con los menores de edad en ocasiones usados para el crimen, para pedir limosna o abusados sexualmente y claro que ellos no son los únicos porque también están los adultos mayores que pueden ser inducidos a ver, creer y pensar lo que no es real, ni la verdad y todos ellos, terminan con alejamiento o separación de la familia y en poder de terceros. Recuérdese la noticia en 2019 dada por el Periódico EL TIEMPO: “En 4 ciudades del país estarían alquilando niños para pedir limosna”
“El alquiler de menores para pedir limosnas en semáforos y plazas es un fenómeno que no solo ocurriría en Cartagena, ciudad donde el martes pasado las autoridades capturaron a una mujer de nacionalidad venezolana que utilizaba a dos niños de 9 y 12 para mendigar en las calles.
Según la Policía, este año (2019) 92 niños han sido rescatados en la capital de Bolívar, mientras eran instrumentalizados por adultos para ejercer la mendicidad y explotación laboral.”[1] En octubre del año 2020 se hizo pública otra noticia similar y “Al conocer la situación, las autoridades acudieron y al pedir la identidad de la menor, se percataron de que no guardaba parentesco con ninguna de las mujeres que la acompañaban.”[2]
Aunque es claro que la instrumentalización del que es vulnerable se da de muchas maneras.
En el contexto de lo anterior y partiendo del valor que tiene la familia en una sociedad, porque ella representa el escenario natural de protección, cuidado, manutención y seguridad surgen las preguntas sobre ¿se imaginan el sentimiento de dolor por la separación de algún familiar vulnerable para ser instrumentalizado y cuya protección y cuidado se tiene a cargo? ¿Qué tanto le importa al Estado el derecho a tener una familia y a no ser separados de ella? Esta pregunta la hago para abrir el debate y hallar respuestas sobre la forma cómo están reaccionando las autoridades en caso de grave separación de la familia, ¿a caso con pasividad preocupante para cuidar el derecho a tener una familia y a no ser separados de ella? En fin... las vivencias de las familias en su relación con el Estado, serán las respuestas apropiadas para llegar a la respuesta más plausible.
Esperemos que no tengamos que llegar a la triste conclusión de que tal vez Colombia no mejora porque no hay autoridades a quienes les importe la concordia, la armonía, la cohesión, la edificación y la unidad de la familia, sino que toleran la división que causan terceros sigilosos que han emprendido acciones para “arrobar” a algún miembro familiar y encausarlo en un estado o situación que no se corresponde con el deber ser natural y menos jurídico ya que la familia se tiene en la Constitución como la célula de la sociedad y en su seno, como institución, está la responsabilidad de velar por el cuidado de sus miembros de todas las edades y el Estado no debería ser causa, activa o pasiva, de división, sino de procurar toda la protección, armonía y seguridad posible, sobre todo cuando se presenten terceros que “arroban” alguna persona de una familia a la que no le faltaba nada y gozaba del cuidado familiar y la convierten de la noche a la mañana en alguien sin familia para convertirse en sus guardianes, pero no propiamente en el Ángel de la Guarda.
Lo manifestado en renglones precedentes debe incorporarse a los procesos racionales sobre el valor de la familia y el cuidado y protección que se le debe brindar, para que lo que se presente sea el acompañamiento constante por parte del Estado y la intervención y protección inmediata cuando esta le sea solicitada, porque la pasividad, indiferencia y falta de solidaridad hacia la unidad familiar, aumenta las brechas de la injusticia y la desesperanza en un país como Colombia, que lo que requiere es unión, concordia y reconstrucción de su tejido social, siendo la familia fuente de ello. En ese sentido, cierro con la pregunta: ¿se puede inferir que algún interés persigue o apoya, aquel o aquellos que se empeñan en crear conflicto entre las familias, separarlas o dividirlas en lugar de tender puentes para unirlas? Cada lector o lectora tendrá su respuesta, pero mi invitación es a que cuidemos la familia manifestando indignación cuando otros intenten destruirla o no procurar su restablecimiento y unidad, acudiendo para ello a la pluma más aguda para ser leído o al tono de voz más alto para ser oído porque en en la familia y su unidad está la esperanza de una mejor sociedad.
Referencias:
[1] PERIÓDICO EL TIEMPO. En 4 ciudades del país estarían alquilando niños para pedir limosma. https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/ciudades-donde-estarian-alquilando-ninos-para-pedir-limosna-en-colombia-396118
[2] REVISTA SEMANA. Así es como alquilan bebés para pedir limosna en las calles de Bucaramanga. https://www.semana.com/nacion/articulo/asi-es-como-alquilan-bebes-para-pedir-limosna-en-las-calles-de-bucaramanga/202029/