Los pseudo derechos en la era de las redes sociales
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
Y es que aumentar derechos subjetivos, cuando son necesarios, es un verdadero logro y hacerlos efectivos debe ser una obligación permanente. Todo derecho tiene deberes correlativos para que pueda serlo y derecho/deber son caras de una misma moneda. Bienvenido siempre un buen derecho subjetivo y su libre ejercicio y efectivo reconocimiento.
No obstante los necesarios derechos que han surgido y que han sido reconocidos, entre ellos el derecho a la libertad de expresión en cualquier escenario, como lo son las redes sociales que permiten decir, en tiempo real, lo que se piensa, adherir a lo que otros piensan y dicen y ayudar a hacer viral eso que dicen, lleva a inferir, con tal ejercicio, que están surgiendo unos pseudo derechos en las redes sociales para hacer matoneos, bullyng, persecuciones, acosos, hostigamientos, entre otras tantas formas dañinas, sin que el que escribe verifique si lo que afirma o replica es cierto y lo peor, sin importarle cuánto daño moral y/o patrimonial puede causarle a una persona y sus familias.
Los pseudo derechos protagónicos son: ofender, agredir, difamar, acosar… y los medios más usuales son las publicaciones, imágenes, emoticones, memes, pegatinas, estados, entre otras creativas maneras para hacerle sentir al otro que se le está dando “duro y con todo” lo que lo pueda socavar en su autoestima y moral.
Y no es que ciertas prácticas de acoso, difamación, agresión y ofensa a otro, no se encuentren dentro de normas sancionadoras como lo es por ejemplo el Código Penal colombiano que tiene como delitos: la injuria en el Artículo 220 y la calumnia en el 221, sin embargo, muchas personas no alcanzan a digerir emocionalmente el “matoneo” masivo en redes sociales ejercido como un derecho superior y optan más por abandonar empleos, estudios, proyectos o hasta por quitarse la vida, porque acudir a eventuales denuncias por injuria o calumnia poca garantía le representa para proteger lo que sí son verdaderos derechos, sobre todo por lo tardío que puede ser obtener justicia en un país de alta congestión judicial, que no tiene en sus prioridades el impulso de los mencionados delitos que además requieren querella, lo cual quiere decir que aunque sea notoria la injuria y la calumnia, los que la ejercen como un derecho podrán mantenerse impunes si la querella no se interpone, que por lo general no se hace. Es más, muchas personas pueden, incluso, tardar más de 6 meses que es el término que se tiene para interponer la querella, en recuperarse emocionalmente del "matoneo" padecido. Otros no lo logran.
Lo llamativo, pero también lamentable, es que el ejercicio de estos pseudo derechos, es también realizado por personas con formación académica y no poca, todo lo cual, además de socavar la base educativa, social y jurídica del Estado, envía un mensaje a la sociedad en general según el cual “matonear” de la manera que sea y por quién sea, hace parte del derecho a la libertad de expresión, lo cual es absolutamente falso.
En ese orden de ideas, recordemos que la palabra pseudo significa falso y en ese sentido no legitimemos el derecho a agredir, ofender, acosar, difamar, mediante el uso de las redes sociales porque aunque esas conductas puedan ser penalizadas, mientras ello no ocurra, el daño a muchos será irreparable. La defensa de los verdaderos derechos es responsabilidad de todos y la deslegitimación de cualquier vestigio de pseudo derechos, también lo es.