De Mendigos a Millonarios
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
Twitter @JuridicaAsesora
En lo que quiero meditar, es en uno de los temas complejos en el campo del derecho sobre todo el comercial y que es el relacionado con los seguros. Si lo meditamos bien, todos tenemos al menos un seguro y poco o nada nos ocupamos de hacer un seguimiento, revisar su alcance, su vigencia y los beneficiarios. De hecho, los renovamos de cualquier manera y firmamos sus renovaciones muchas veces sin entender si los cambios sufridos en ellos convienen, pero sobre todo sin preguntarnos a quiénes realmente le convienen, máxime cuando los seguros convierten a muchos mendigos en millonarios y aunque esta frase pueda sonar un poco fuerte, ella así precisada indica lo que quiero reflexionar y que reflexionen.
Los seguros son un gran atractivo y una necesidad, tanto en el ámbito público como en el privado, ellos permiten cubrir contingencias, salvaguardar patrimonios y garantizar confort, ingresos por incapacidad e indemnizaciones post morten. Ellos son una solución y para muchos un antojo o un buen bocado como ese cuento popular así titulado y que comparto:
“Tres campesinos fueron un buen día al mercado de la ciudad para vender sus productos. Terminaron tan tarde que ya no podían volver a sus casas, así que se dirigieron hacia la posada más cercana, dispuestos a tomar una buena cena y a descansar de la dura jornada.
- La posada está llena - dijo el posadero -, pero intentaré buscaros un sitio para los tres. Lo malo es que para cenar solo me queda esta pequeña hogaza de pan.
Los campesinos se quedaron muy contrariados. ¡Estaban muertos de hambre...! Cuando uno de ellos estaba a punto de partir la hogaza en tres trozos, el campesino más astuto dijo:
- ¡No! No la repartas. Apenas nos tocará unas migajas a cada uno. Mejor, haremos un trato: nos vamos a dormir, y el que en sueños consiga viajar al lugar más lejano se tomará la hogaza entera en el desayuno.
Aunque suene extraño, al resto le pareció una buena idea, así que guardaron el pan y se fueron a dormir.
El campesino astuto esperó a que los otros se durmiesen, luego se acercó a la hogaza de pan sin hacer ruido... ¡y se la comió!
- ¡Mmmm! Este pan está delicioso, la miga está tan tierna y la corteza como me gusta, bien tostadita.
Tras el banquete, el campesino se quedó dormido.
A la mañana siguiente, con el primer canto del gallo, los tres hombres se despertaron.
-¡He dormido como un tronco! - dijo uno de ellos -. Y he soñado que realizaba un largo viaje hasta llegar... ¡a la China!
- ¡La China! Eso está demasiado cerca. Yo soñé que me iba al fin del mundo en barco - replicó el segundo.
Entonces, el campesino astuto, que hasta ese momento había permanecido en silencio, dijo:
- Veréis, amigos... El caso es que yo soñé que os habíais ido muy lejos y que, por tanto, tardaríais mucho tiempo en volver. Así que pensé que la hogaza podía ponerse dura y... bueno, pues... ¡Me la comí!
Moraleja: no te fíes de aquellos que pretenden hacer tratos que no resultan ventajosos para ti.”[1]
Son tan importantes los seguros que si el Ministerio TIC hubiese controlado adecuadamente al Consorcio Centros Poblados, los recursos se hubiesen recuperado rápidamente y otro hubiese sido el problema. Recuérdese que en este caso la póliza aportada fue falsa.
En el ámbito privado los seguros son tomados por personas que tienen con que pagarlos, pero son cobrados por quienes no los pagan, pero que bien saben cobrarlos, tal es el caso de los SOAT o seguros obligatorios de accidentes de tránsito, los cuales pagan los conductores y/o dueños de los vehículos, pero que los usan y agotan hasta la última gota y hasta más, las víctimas de algún accidente de tránsito, aunque hay muchos que se hacen las víctimas y así lo desveló el Periódico EL TIEMPO el 30 de agosto de 2019 en una nota titulada: 7 de cada 10 reclamos a aseguradoras tienen algún indicio de fraude.[2] En esta nota se dijo, entre otros, que “El gremio de los aseguradores –Fasecolda– estimó en más de 100.000 millones de pesos el costo de los fraudes solo contra el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat), lo que puso en jaque a varias aseguradoras, y algunas dejaron de expedir la póliza.”[3]
También están los seguros contra incendios; de vida; contra actos malintencionados de terceros; seguros de autos que amparan riesgos de hurto, accidente, pérdida total y parcial y la responsabilidad civil extracontractual, entre otras gabelas como el conductor elegido, la grúa, el desplazamiento y el vehículo de repuesto.
En fin… muchos son los seguros, aunque algunos vienen sin seguro, es decir, son inseguros, porque terminan beneficiando a muchos que esquivaron todo obstáculo para lograr incluirse en ellos.
Hoy la invitación es a que pongan cuidado a los seguros, revisen cuántos tienen, por qué, para qué y para quién. El día que no se sientan en la capacidad de responder estas preguntas mejor es que los cancelen para que no resulten pagándolos y otros, sin causa, cobrándolos y ustedes con su patrimonio creando y financiando una nueva versión de la película: de Mendigo a Millonario.
Referencias:
[1] Un buen bocado. Cuento Popular. Tomado de: https://www.conmishijos.com/actividades-para-ninos/cuentos/un-buen-bocado-cuento-popular-para-ninos/
[2] PERIÓDICO EL TIEMPO. https://www.eltiempo.com/economia/sectores/el-70-de-los-reclamos-a-las-aseguradoras-tienen-indicio-de-fraude-406712
[3] Ibidem