Agua que no has de beber… no la derroches
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
Y es que el agua, ese líquido vital, indispensable para todo, abundante en apariencia y que fue elevado a derecho humano en el año 2010 a través de la Resolución 64/292, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y reconocido en Colombia como derecho fundamental por vía jurisprudencial de la Corte Constitucional (así se reitera en sentencia T-131 de 2016) [3], parece que no logra, aún, una consideración y valoración que la ubique en el mismo nivel de protección y cuidado, al menos ese, que por todos se le otorga a los títulos valores, a las joyas y a los objetos finos o de colección. Mientras objetos de oro y adornados con piedras preciosas, que no dan vida, ni la garantizan, sino que la ponen en riesgo, son estimados como lo más preciado y custodiados como lo más importante, el agua, sin la cual no es posible subsistir y menos durante una pandemia que lo que demanda es higiene, es derramada a cántaros por algunos, contaminada imprudente y hasta dolosamente por otros y restringida para muchos sin consideración a lo que su provisión oportuna, potable y en cantidad suficiente representa para la salud.
Y por la insuficiente importancia que tan preciado líquido logra, pero también por lo necesario (indispensable) que es, la conmemoración del día internacional del agua como lo dice la ONU "es una oportunidad única en la vida para unirnos en favor del agua y acelerar juntos los avances en esta esfera. Los problemas que se encuentran a lo largo del ciclo del agua están socavando el progreso en los principales conflictos planetarios: desde la salud hasta el hambre, desde la igualdad de género a los trabajos, pasando por la educación, la industria, los desastres naturales y la falta de paz."
De lo expuesto varios aspectos quedan claros: el agua es esencial para la vida y aunque ya es un derecho humano reconocido, no todas las personas tienen acceso a él, lo cual es un asunto lamentable por cuanto por su escasez, carencia y déficit en su prestación, la vida, la salud y la subsistencia de muchos, en particular de los más vulnerables, se pone cada vez más en riesgo y con respecto a este panorama Colombia no es la excepción, muy a pesar de que ya tiene reconocimiento del agua como derecho fundamental, pero que no ha logrado materializar y garantizar por falta de controles ante la contaminación de ríos y por la insuficiencia de infraestructura para ampliar la cobertura rural. De hecho, es preocupante que en el día mundial del agua tengamos en los antecedentes recientes que las Comunidades Indígenas hayan manifestado que llegaron a ese día “sin nada que celebrar”. Esta y otras afirmaciones las realizó a EFE el encargado general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas en el año 2021, quien indicó:
1. “la selva amazónica es “el reservorio de agua dulce más grande del mundo” pero es cada vez más escasa ya que los ríos “están contaminados por el mercurio de la minería” y “si la contaminamos, envenenamos nuestro cuerpo” ya que “es la sangre de la selva amazónica”, un vehículo para la vida “sin el cual no hay semillas, comida ni medicinas“[5]
2. “los niños nacen con mercurio en la sangre y nuestra gente se está quedando ciega por beber agua contaminada o comer peces envenenados” de los grandes ríos de la región, como el Amazonas o el Orinoco, un problema que se suma al de la deforestación, porque “la selva está siendo talada ilegalmente en complicidad con las leyes y los gobiernos”.[6]
3. "el calendario ambiental parece que “sólo fuera de celebración” cuando debería servir más bien para que “el mundo deje de demandar productos de la Amazonía como la carne, la soja, el oro o el petróleo” y pasara a “la acción climática que nos ayude a defender el agua para todos“.[7]
Y mientras unos acceden al agua con abundancia, potabilidad y confort, otra cantidad la consume de acueductos comunitarios sin tratamiento alguno. Otros recogen el agua lluvia, de caños y quebradas o caminan largas horas para obtener un poco del líquido, no logrando óptima y suficiente cantidad para los aspectos vitales, dentro de los cuales se cuenta el saneamiento básico, agravado para un tanto más que la está consumiendo contaminada con mercurio.
Se concluye, entonces, que el acceso al agua tiene problemas de equidad, priorización, valoración, consumo, destinación, prestación, abastecimiento y usos apropiados, aspectos estos que desvelan no solamente un asunto de responsabilidad de los Estados para garantizarla y proveerla, sino también la responsabilidad de quienes la tenemos y la consumimos sin los mínimos cuidados y ahorro y la responsabilidad de quiénes la contaminan y/o desperdician cuando atienden sus actividades comerciales o industriales. Todo esto nos hace parte del problema en la cobertura universal de este servicio, pero a la vez poco conscientes de la importancia del reconocimiento del agua como derecho humano y derecho fundamental que implica también el recíproco deber de contribuir con la realización de los derechos de los demás, el agua entre ellos.
Es necesario valorar más el derecho humano y fundamental del agua, sobre todo porque lograr el reconocimiento de un derecho no es un asunto fácil. La historia de las revoluciones: Americana (1776) y francesa (1789), sólo por mencionar algunas, son un claro ejemplo de lo que conquistar derechos significa y ni que decir de lo que ha representado la positivización de ellos en la norma constitucional y que de paso se eleven a derechos humanos con lo que tal condición implica y representa como es por ejemplo: ser universales, obligatorios, inherentes o connaturales, e indispensables, entre otras características. Años de reflexiones, pérdidas, concesiones y reclamos a gritos, muchos violentos, han sido la antesala del reconocimiento de los derechos para todos y, aún así, con dificultad se ha logrado la materialización de ellos (téngase como antecedente de esta afirmación en Colombia el derecho al voto de las mujeres reconocido en 1954 y posibilitado solamente en 1957) y la dificultad de materialización de un derecho está aumentada para las personas más vulnerables.
Concluyo diciendo: El hecho de que el acceso al agua se haya convertido en derecho humano y en Colombia también en derecho fundamental, no es un asunto de poca monta, ni de poca consideración, máxime cuando el agua ha sido por decenios tratada como mercancía y vendida como un producto de acceso exclusivo para quienes lo puedan pagar. Sumémonos en un trabajo responsable y colaborativo para que el agua llegue a todos. Por lo tanto, agua que no has de beber… no la derroches, pero tampoco la dejes correr si no es para que llegue a los que hoy no la tienen y que la necesitan urgentemente.
Referencias:
[1] Naciones Unidas. Día Mundial del Agua. https://www.un.org/es/observances/water-day
[2] Ibidem
[3] COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-012-19: “Con fundamento en la dignidad, la Corte consolidó una tesis uniforme en torno al amparo constitucional del acceso al agua potable por hacer parte del núcleo esencial de derechos fundamentales del ser humano. A partir del año 2007, en sus pronunciamientos se consolidó una línea jurisprudencial uniforme y reiterada donde se estableció que el derecho al consumo de agua potable tiene rango fundamental. De esta manera, se reconoció que si bien el acceso al agua no es reconocido explícitamente como derecho fundamental en una disposición específica de la Constitución Política, ello se deduce de su lectura sistemática.”[95]
[4] NACIONES UNIDAS. Días Mundial del Agua. https://www.un.org/es/observances/water-day
[5] Tomado de EFE https://www.efeverde.com/noticias/indigenas-amazonicos-afrontan-dia-mundial-agua-sin-nada-que-celebrar/
[6] Ibidem
[7] Ibidem