¿A los Derechos Jaque y a los Sujetos Mate?
Por: Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
Las primeras consideraciones las hago a partir de otras preguntas: ¿durante la pandemia le ha sido restringido, mermado, modificado, suprimido o amenazado algún derecho? o ¿durante la pandemia se ha percatado de si le ha sido restringido, mermado, modificado, suprimido o amenazado algún derecho a su familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos o a los seres que hoy tenemos como seres sintientes?
Para dar respuesta a las preguntas parto de recordar que en la Constitución Política de Colombia están consagrados los derechos fundamentales, así como sus garantías para procurar su reconocimiento y protección. Estos derechos están concebidos para todos sin distinción alguna, salvo las personas para quienes dichos derechos prevalecen (sujetos de especial protección). Entre los derechos fundamentales valga poner un zoom en la salud, la vida, la libertad, la igualdad, la intimidad, y agregue el lector los otros.
Los derechos mencionados hacen parte de aquellos considerados como de valor superior, la vida y la salud en conexidad con ella y paradójicamente con el pretexto de cuidar estos dos derechos, las medidas que se han tomado por el gobierno nacional si bien los ha garantizado para unos, ha puesto en riesgo esos mismos derechos para otros, sin calcular que la vida no se cuida o garantiza en el encierro, ni en el arrinconamiento o mediante la salida de circulación de cierto sector de la población considerado más vulnerable, ya que de hecho esos que aparentemente son los más vulnerables, terminan siendo los más prudentes y sensatos a la hora de elegir cuándo y cuánto salir, así como cuándo y cuánto exponerse, cálculos que no realizan los más favorecidos con las excepciones, gran parte de ellos diseminadores y portadores del riesgo de contagio de aquellos que no pueden salir para no contagiarse fuera, sino que deben esperar que les lleven el virus para que se contagien en su estado de confinamiento.
Con lo que he expuesto en el párrafo anterior, es claro que he empezado refiriéndome de manera particular a las restricciones de tránsito, que son comprensibles, sin embargo, también he hecho alusión a cierto sector de la población como lo son los adultos, no mayores, sino los más mayores que los mayores, y en esto quiero reparar un poco en tanto las restricciones de tránsito, aceptables en época de una pandemia, son diferentes a las restricciones a la libertad como derecho constitucional fundamental que fue lo que, al menos en Colombia, se ha venido haciendo de manera reiterada sobre los derechos de las personas mayores de 70 años. Estas restricciones al derecho a la libertad absorben, de la noche a la mañana y como un remolino u hoyo succionador, a las personas que a diario van cumpliendo los 70 años y que ven cómo antes de cumplirlos eran libres y al día siguiente dejan de serlo, lo que representa para ellos un día con derechos en jaque y al otro día ellos reciben un mate y si un mate, porque se mata su ilusión de poder seguir haciendo con autonomía lo que les representaba la vida productiva, pasan de hacer sus compras a que otro las realice por ellos, porque la restricción a la libertad, so pretexto de cuidar a las personas, les creó una especie rara de situación de discapacidad.
Ahora, no solamente el derecho a la movilidad de la población mayor de 70 años y la que los vaya cumpliendo se ha visto restringida, también hay otros derechos mermados como lo son los derechos laborales y eso para los que tienen suerte, porque para otros ese derecho ha muerto porque y no pocas empresas e incluso entidades públicas, optaron por la terminación de los contratos, la suspensión de los mismos o la no renovación. ¿Jaque, pero también mate a los derechos laborales?
Sin duda, las restricciones están causando una merma a los derechos fundamentales, a ellos se les suma el acceso a la justicia, ya que ha surgido el agravante de que difícilmente puede buscarse su protección con oportunidad y eficacia, porque la pandemia evidenció que a la administración de justicia y que ha sido siempre lenta, se le adiciona la ausencia de una infraestructura tecnológica capaz de darle respuesta al acceso a la justicia y a la dispensación de la misma, porque además, presentan los funcionarios judiciales un analfabetismo tecnológico que aumenta la merma de los derechos y la amenaza y riesgo de ellos, que de ser, por ejemplo, el derecho como la salud cuyo amparo se demore por la no lectura oportuna de una impugnación de una tutela, se estaría, sin duda, ante un derecho en jaque que implicaría eventualmente, por un no amparo oportuno, para el sujeto mate.
Otro derecho es la intimidad que ha sido forzada a ponerse al descubierto mediante la exposición y entrega de los datos personales extraídos con preguntas invasivas que en nada aportan al control del contagio del COVID-19, de allí que es otro derecho en jaque que expone a los sujetos al …
Para concluir, a lo que quiero invitar es a pensar en los derechos que hoy están afectados no solo por el COVID-19, aunque este virus sea la causa de una mayor afectación, sino afectados por otras causas, para que se procure actuar de tal manera que no se pierda lo que ha costado tanto históricamente conquistar, de allí que la falacia del te cuido a cambio del te someto, no es una buena transacción porque implica para los derechos jaque y para los sujetos tal vez… mate.