La Procuraduría General de la Nación ha suspendido a Daniel Quintero Calle en el desempeño de su cargo como Alcalde de Medellín, por su indebida participación en política.
La decisión de la Procuraduría protege de forma directa la democracia en Colombia y el Estado social y constitucional, porque con eso contribuye a que Daniel Quintero Calle deje de participar en política abusando del cargo y función que tiene en lo público para favorecer a un partido político cuando debería ser ecuánime.
Seguramente Daniel Quintero Calle saldrá a la “calle” y a las redes a tratar de enredar a los ciudadanos diciendo que por haber sido suspendido "está afectada la democracia", pero es al contrario, ha sido salvada la democracia. Esa democracia que Daniel Quintero Calle ha querido afectar e impedir que se ejerza, tal es, con sus actos desmedidos y equivocados para oponerse al proceso democrático de la revocatoria en Medellín y el maltrato verbal con calificativos que ha dado a los ciudadanos y ciudadanas que no están de acuerdo con su forma de gobernar.
Recuérdese que Daniel Quintero Calle no pierde oportunidad para ofender, burlarse de los que le hacen llamados a que gobierne y administre bien lo público, pero él parece más interesado en hacer política que en fungir de forma seria, comprometida, responsable, transparente y equilibrada, como Alcalde de todos los habitantes de Medellín y no solamente de sus simpatizantes.
De otro lado, el hecho de que la Procuraduría General de la Nación haya suspendido a unos y todavía no a otros, no es un argumento jurídico como muchos pretenden hacerlo creer para justificar la mala práctica de Daniel Quintero Calle, porque lo que está mal, está mal aunque varios lo cometan porque el hecho de que sean muchos haciendo el mal, no lo convierten en bien, aunque no reciban aún reproche jurídico.
La Procuraduría ha protegido un bien mayor que es la democracia y la decisión goza de presunción de legalidad.
Celebremos la democracia y la participación en ella en condiciones de igualdad a pesar de nuestras diferencias y defendamos el Estado social, constitucional y democrático.
La decisión de la Procuraduría protege de forma directa la democracia en Colombia y el Estado social y constitucional, porque con eso contribuye a que Daniel Quintero Calle deje de participar en política abusando del cargo y función que tiene en lo público para favorecer a un partido político cuando debería ser ecuánime.
Seguramente Daniel Quintero Calle saldrá a la “calle” y a las redes a tratar de enredar a los ciudadanos diciendo que por haber sido suspendido "está afectada la democracia", pero es al contrario, ha sido salvada la democracia. Esa democracia que Daniel Quintero Calle ha querido afectar e impedir que se ejerza, tal es, con sus actos desmedidos y equivocados para oponerse al proceso democrático de la revocatoria en Medellín y el maltrato verbal con calificativos que ha dado a los ciudadanos y ciudadanas que no están de acuerdo con su forma de gobernar.
Recuérdese que Daniel Quintero Calle no pierde oportunidad para ofender, burlarse de los que le hacen llamados a que gobierne y administre bien lo público, pero él parece más interesado en hacer política que en fungir de forma seria, comprometida, responsable, transparente y equilibrada, como Alcalde de todos los habitantes de Medellín y no solamente de sus simpatizantes.
De otro lado, el hecho de que la Procuraduría General de la Nación haya suspendido a unos y todavía no a otros, no es un argumento jurídico como muchos pretenden hacerlo creer para justificar la mala práctica de Daniel Quintero Calle, porque lo que está mal, está mal aunque varios lo cometan porque el hecho de que sean muchos haciendo el mal, no lo convierten en bien, aunque no reciban aún reproche jurídico.
La Procuraduría ha protegido un bien mayor que es la democracia y la decisión goza de presunción de legalidad.
Celebremos la democracia y la participación en ella en condiciones de igualdad a pesar de nuestras diferencias y defendamos el Estado social, constitucional y democrático.