La ONU institucionalizó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer con un claro objetivo: luchar en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo de las Mujeres en cualquier edad, pero los antecedentes de la lucha por estos derechos se remontan al 8 de marzo de 1857 'cuando un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.' De allí que el derecho al trabajo y otros derechos laborales y de seguridad industrial fueron una de las primeras manifestaciones para lograr reconocimiento e igualdad de derechos y a estos antecedentes se le agregan sucesos posteriores llenos de tragedia como fue el que 'ocurrió el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Shirtwaist de Nueva York y donde murieron un total de 123 mujeres y 23 hombres, La mayoría eran jóvenes inmigrantes que tenían entre 14 y 23 años y cuya causa principal del incendio, más que una colilla de cigarrillo, la ocasionó las ínfimas condiciones de seguridad industrial de la fábrica que cerraba las puertas, con lo cual impedía poder salir y menos en estado de pánico y de emergencia como el que generó el incendió.
Por lo anterior y por muchas otras razones, el 8 de marzo declarado como el día internacional de la Mujer, se debe tener en cuenta que no es un día como los otros que se viven y se dejan atrás y con el breve paso del tiempo se olvidan o se recuerdan vagamente. No. Hoy es un día en verdad diferente, porque está determinado y cargado o lleno de un pasado heroico, vivido por quienes más que víctimas yo llamo heroínas, si... ¡heroínas! porque fueron sembradoras de los derechos de las mujeres.
El 8 de marzo es un día cargado o lleno de presente, de un presente en el que se reconoce y acepta que los derechos de las mujeres ya están en fruto, ya no son una semilla, sino que son una cosecha real, aún no suficiente en todos los escenarios como debería ser, pero real al fin y al cabo.
El 8 de marzo es un día, también, cargado o lleno de futuro, un futuro que no debe ser otro que la igualdad de género total, real, efectiva, inmediata, sólida, permanente e inmarcesible. Un futuro de libertad, con libertad y de Mujeres libres. Un futuro sin discriminación alguna, sin imposición de credos y doctrinas, sin estados y sin Estados de esclavitud o que esclavicen. Ese futuro demanda, exige, requiere, acciones en el presente, en este presente aún incompleto que llenaremos de la igualdad y la libertad que hace falta si obramos, actuamos y procedemos con la determinación y el valor de las heroínas del pasado que cada 8 de marzo recordamos y cuyas acciones y muertes conmemoramos.
Debemos, entonces, en el día internacional de la Mujer, alzar las manos para recordar y confirmar que hemos estado, estamos y estaremos presentes en la historia de la humanidad y que ningún esfuerzo, grande o pequeño, por invisibilizarnos, destruirnos o perseguirnos, tendrá éxito. Ningún esfuerzo por discriminarnos, someternos a los acostumbrados y hasta disimulados abusos, se mantendrá vigente o impune, porque tenemos las manos levantadas siempre para ayudar, servir, hacer, crear, consolar, abrazar, desarmar, amar, aprender, defender y defendernos, unir y unirnos, sumar y sumarnos.
Levantemos las manos como señal de paz, de estar, de querer y de poder, pero, sobre todo, de poder hacer.
Levantemos las manos para recordar y conmemorar a todas esas mujeres que con su vida han hecho historia, que han roto techos de cristal, que nos han heredado espacios laborales, políticos, sociales, académicos, científicos y culturales.
Feliz día de la Mujer que reconoce el pasado, que ejerce y vive responsablemente los derechos que su presente le reconoce y que se suma a todos los esfuerzos locales y globales para lograr la igualdad de la Mujer en todo y con todo.
Feliz día también para la Mujer que aún no sabe esto, ni sabe qué hacer y que hoy necesita, más que nunca, de las Mujeres que si lo sabemos.
Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
3108371657
Por lo anterior y por muchas otras razones, el 8 de marzo declarado como el día internacional de la Mujer, se debe tener en cuenta que no es un día como los otros que se viven y se dejan atrás y con el breve paso del tiempo se olvidan o se recuerdan vagamente. No. Hoy es un día en verdad diferente, porque está determinado y cargado o lleno de un pasado heroico, vivido por quienes más que víctimas yo llamo heroínas, si... ¡heroínas! porque fueron sembradoras de los derechos de las mujeres.
El 8 de marzo es un día cargado o lleno de presente, de un presente en el que se reconoce y acepta que los derechos de las mujeres ya están en fruto, ya no son una semilla, sino que son una cosecha real, aún no suficiente en todos los escenarios como debería ser, pero real al fin y al cabo.
El 8 de marzo es un día, también, cargado o lleno de futuro, un futuro que no debe ser otro que la igualdad de género total, real, efectiva, inmediata, sólida, permanente e inmarcesible. Un futuro de libertad, con libertad y de Mujeres libres. Un futuro sin discriminación alguna, sin imposición de credos y doctrinas, sin estados y sin Estados de esclavitud o que esclavicen. Ese futuro demanda, exige, requiere, acciones en el presente, en este presente aún incompleto que llenaremos de la igualdad y la libertad que hace falta si obramos, actuamos y procedemos con la determinación y el valor de las heroínas del pasado que cada 8 de marzo recordamos y cuyas acciones y muertes conmemoramos.
Debemos, entonces, en el día internacional de la Mujer, alzar las manos para recordar y confirmar que hemos estado, estamos y estaremos presentes en la historia de la humanidad y que ningún esfuerzo, grande o pequeño, por invisibilizarnos, destruirnos o perseguirnos, tendrá éxito. Ningún esfuerzo por discriminarnos, someternos a los acostumbrados y hasta disimulados abusos, se mantendrá vigente o impune, porque tenemos las manos levantadas siempre para ayudar, servir, hacer, crear, consolar, abrazar, desarmar, amar, aprender, defender y defendernos, unir y unirnos, sumar y sumarnos.
Levantemos las manos como señal de paz, de estar, de querer y de poder, pero, sobre todo, de poder hacer.
Levantemos las manos para recordar y conmemorar a todas esas mujeres que con su vida han hecho historia, que han roto techos de cristal, que nos han heredado espacios laborales, políticos, sociales, académicos, científicos y culturales.
Feliz día de la Mujer que reconoce el pasado, que ejerce y vive responsablemente los derechos que su presente le reconoce y que se suma a todos los esfuerzos locales y globales para lograr la igualdad de la Mujer en todo y con todo.
Feliz día también para la Mujer que aún no sabe esto, ni sabe qué hacer y que hoy necesita, más que nunca, de las Mujeres que si lo sabemos.
Abogada Gloria Yaneth Vélez Pérez
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