Daniel Quintero Calle: un árbol que ya no da sombra
Pero, ¿éste intento de metáfora qué puede tener que ver con Daniel Quintero Calle? La he traído como referente porque lo que se observa de la administración inconclusa de Daniel Quintero Calle es que bajo su liderazgo forjaron el mal, el descontento, la desatención, la desidia y la mentira, entre otros, y eso, junto con la politiquería y la ambición, es lo que los ha guiado. Pero no se olvide que cuando se tiene confiado un liderazgo, lo correcto es que en las crisis se resiste porque la renuncia es de cobardes y no de valientes. Pero él dio un paso al costado para asumir el papel de víctima que no le queda porque es el perfecto victimario o, tal vez, lo hizo para asumir el rol de héroe, pero lo que él no sabe es que en Medellín no hay personas que deban ser salvadas por su propio captor porque si de algo no sufre Medellín es del síndrome de Estocolmo.
Daniel Quinteto Calle es un árbol que ya no da sombra y renunciar fue un movimiento torpe aunque él desde su ego crea que no y aunque lo reciban en brazos en algunos de los eventos, porque esa sombra no dura mucho sino no se riega con$tantemente y le quedará difícil seguir haciéndolo porque perdió el manto de la institucionalidad y sin poder en la institucionalidad para hacer lo que él diga y darle sombra a los que se le arrimen, tendrá que acudir al poder económico particular para poder dar sombra y recibirla también de los árboles a los cuales se quiera arrimar, pero ya sin cargo, sin empresas, sin ingresos y con el nivel de vida que ha mostrado tener porque lo del tricentenario es mentira y aunque fuese verdad los arriendos más económicos en el tradicional barrio están a un millón de pesos y eso termina siendo muy alto para alguien sin empleo, con dos hijas y con gustos tan caros, resolverlo se vislumbra, entonces, bien complejo. O ¿de qué fuente vendrá el dinero para dar sombra?
El acto torpe de la renuncia permite reiterar/afirmar que Daniel Quintero Calle ya es un árbol que no da sombra porque sus aliados, sobre todo en época electoral, son “a políticos”, esto es, a políticos que mejor les sirvan y él sin cargo y lleno de quejas en la Procuraduría y denuncias en la Fiscalía ya no les sirve, ya no es imprescindible. Recuérdese que para ser un árbol que da sombra hay requisitos: tener profundas raíces, un fuerte tronco y unas vivas, largas y tupidas ramas y hojas, además de la savia que lleva dentro y que le representa la vida y la fuerza para soportar erguido y con pundonor la inclemencia climática. Y Daniel Quintero no tiene raíces políticas porque su elección fue por voto de opinión y, por lo tanto, su tronco y sus ramas no lograrán sostenerse porque la savia se la daba el cargo y ya no lo tiene. Ahora es el pueblo el que debe estar erguido y tener pundonor como elector, además porque los ciudadanos, en política, como en la vida, lo mejor que deben comprender es que hay que saber de qué o quién se deben agarrar y en qué o quién apoyarse, porque si se agarran o apoyan mal, lo que les espera es el piso o el abismo y si de política se trata, si se agarran o apoyan de un político sinvergüenza e inestable, ególatra, hambriento y sediento de poder y empapado, como dicen, de corrupción, que no dude que como pueblo defraudado quedará y como aliado salpicado saldrá.
Concluyendo, es innegable que con la astucia aplicada para ser elegido y ahora para dejar el cargo sin tener en cuenta a los electores, lo que se comprueba es que Daniel Quintero Calle no sabe qué significa el dolor que ha vivido Medellín, no sabe qué significan las familias que se han reconstruido sobre las balas y los muertos de sus seres queridos por el actuar ilegítimo de los malos y de los buenos. No sabe lo que ha representado salir realmente de la pobreza mientras se llora por los muertos propios y ajenos, ni sabe lo que significa hablar de futuro mientras se procura enterrar el pasado sin que duela demasiado. Él no sabe qué es eso, aunque diga lo contrario, porque si lo supiera jamás había llevado a Medellín por la ruta de la pavimentación de la obtención del poder al que de forma egoísta aspira y que desde el 01 de octubre de 2023 por obra de él mismo, por fortuna, es un poder que él ya no respira, aunque le esté buscando oxígeno.
Por lo anterior, los líderes de Medellín de Derecha, Centro e Izquierda, conscientes de la situación que vive Medellín y que se encuentra a la deriva, deben recuperar cordura, objetividad y ecuanimidad para ejercer un liderazgo de unidad, integridad y rectitud, que hoy les exige Medellín como ciudad y, así, juntos no permitir que la ciudad y su patrimonio, sobre todo el social, se mantenga bajo el control de un árbol que no da sombra, ni fruto, salvo el fruto envenenado que tanto daño ha venido haciendo, porque Daniel Quintero Calle, que ahora pretende reelección en el cuerpo de Juan Carlos Upegui, no es de fiar y no lo es porque ni el período institucional como mandatario de elección popular fue capaz de terminar, sino que lo finalizó a su modo y de cualquier modo y lo hizo de forma inconsulta con los electores, porque a él no le importan los electores sino salvo para que lo elijan a él o a los que él quiere y nada más. Es que un hombre de las redes sociales, porque así gobernó, esto es, del Tik Tok, el Instagram, Facebook y X-alias twitter-, bien había podido hacer una encuesta virtual para conocer la opinión de los electores sobre su renuncia, pero ni en eso fue coherente, sino que oficializó su renuncia un sábado 30 de septiembre de 2023 casi a las 12 de la noche, efectiva a partir del día siguiente, un horario en el que la gente duerme y como el forajido la hizo pública y hasta con aceptación incluida minutos antes de su ejecutoria, enviando con eso el mensaje de que la opinión del electorado no era de utilidad. El electorado quedó como diría Condorito: ¡Plop!
Cierro con la pregunta obligada: ¿Los que han sido electores y simpatizantes de Daniel Quintero Calle quieren reelegir lo mismo que, seguro haría lo mismo que él hizo? ¿Pensarían más en él que en Medellín sabiendo que él ha sido mentiroso desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque en él no hay verdad. Que con mentiras se hizo elegir y con mentiras desmanteló proyectos exitosos de Medellín, resquebrajó el tejido social y aumentó las brechas de desigualdad? Prometió futuro y entregó espejismos. Fue como todo un ilusionista que con magia embolató a los votantes de opinión y ni les preguntó si estaban de acuerdo con su renuncia, es decir, como dice la canción de Marc Anthony, se le olvidó decirle adiós a los electores, por ventura con eso los dejó libres para elegir. Así que ojalá en esa libertad para elegir lo hagan con dignidad optando por alguien que restablezca, repare y sane heridas y que, en todo caso y definitivamente, no es él, ni sus referidos, porque ¿si él no fue capaz y ya no da sombra, qué tan capaces serán los que él recomiende o apoye?
PD: El que se empapa también salpica. Así que no se exponga al charco, porque si el empapado lo está es de corrupción, salpicado será el que esté muy cerca.