Pinochet dejó su Constitución Antidemocrática a otros, nosotros dejamos una Constitución Moderna y Democrática en manos de nuestro Pinochet
Por: Abogado Víctor David Aucenon Liberato
El dictador más infame del cono sur redactó una constitución a su antojo haciéndola casi inmodificable en su parte estructural, donde el ser humano pasaba a un segundo plano, si bien se hicieron algunas reformas para hacerla más democrática, como sacar a los militares del poder, no se pudo modificar su modelo económico (la dictadura de las corporaciones) que dejó a los ciudadanos solos luchando contra las injusticias de las empresas prestadoras de servicios púbicos sin pensiones y sin salud, una constitución no puede ser una colcha de retazos o un híbrido entre dictatorial y democrática, no se puede leer una constitución de manera gramatical o literal, sino de manera sistemática, por eso la pretensión de seguir modificándola era un espejismo insostenible, esto sumado a la terrible sombra de su creador, la hacían inviable como vehículo para solucionar el descontento social.
La constituyente chilena es trascendente para Colombia porque nos deja unas lecciones importantes, ya que como pueblos suramericanos tenemos mucho en común, en este caso el proceso constituyente chileno nos muestra que están mandadas a recoger las visiones de nación en las cuales no se privilegie el interés general sobre el particular, nos enseña que el crecimiento alto y sostenido del PIB o la inmensa riqueza de algunas selectas corporaciones no significa nada si este progreso no se irriga a las mayorías, nos enseña que aunque algunos derechos pueden prestarse por intermediarios privados, la pretensión de acabar el Estado y dejarle toda la función prestacional esencial a tales privados es una utopía igual que el comunismo, Pinochet dejó su constitución antidemocrática a otros, nosotros dejamos una constitución moderna y democrática en manos de nuestro Pinochet, son lecciones que deben ayudarnos a comprender el fracaso rotundo del modelo que inspiraba a muchos de nuestros últimos gobernantes y el amplio descontento que estallará en Colombia por las injusticias de las EPS y los fondos de pensiones privados.
En Chile la mayoría de profesores y estudiosos del derecho se preguntan hoy: ¿Cómo fue posible esperar tanto tiempo para cambiar la constitución? y todos confluyen en que las causas de ese letargo son desconocidas, igualmente sucede en nuestro país en especial con el pésimo servicio de las eps.
En Colombia extremistas nostálgicos de Pinochet observaron la constituyente de Chile desde la perspectiva de un golpe de Estado ilegitimo aunque el constituyente primario fuera una mayoría abrumadora de casi 80% y, aunque cínicamente hace escasos 2 meses estaban pidiendo constituyente ya para librar de líos judiciales a su caudillo, la interpretación que le dan a los sucesos históricos de Chile es negativa , en el sentido en que condenan y detestan la caída de la Constitución de quien admiraban solapadamente como dictador y públicamente como modelo económico ejemplar, se cae el referente de la facción más extrema de la económica de mercado pura sin interferencia estatal.
Tales individuos aciertan en su lectura, la caída de su referente es un hecho, en cuanto la manifestación mayoritaria y contundente del pueblo chileno son a su vez una manifestación en contra de todas las formas de gobiernos que tuvieren como objetivo privilegiar a unos pocos y muy selectos privados únicamente, entregándoles hasta el dominio del agua, la salud o las pensiones en detrimento del interés general, aunque nuestra constitución es claramente neoliberal, nos diferenciamos en la gradualidad de tal hecho, en Chile la propiedad privada tiene una protección tan inviolable que llegado al punto hasta un privado puede comprar el agua de una región y el Estado no puede hacer nada en caso de que este se niegue e venderla a ciudadanos sedientos. Ellos quieren algo que nosotros ya tenemos, una Constitución humanista donde se respeta la propiedad privada pero ésta tiene una función social obligatoria y, no se puede en el papel, privilegiar el interés particular sobre el general. Seguramente los chilenos van a terminar con una Constitución moderna como la nuestra y seguro sacaran mejor provecho de ella que nosotros.
Pd: en Colombia como en Chile los gobernantes en el pico de su impopularidad y de las crisis, optaron por intentar deslegitimar las masivas protestas ciudadanas en lugar de escucharlas, en consecuencia Sebastián Piñera pasa desde hoy al ostracismo que merece alguien con su pequeñez histórica, tal como le sucederá a Iván Duque, quien seguramente será recordado en el futuro como el peor o el más poco relevante presidente de la historia.
La constituyente chilena es trascendente para Colombia porque nos deja unas lecciones importantes, ya que como pueblos suramericanos tenemos mucho en común, en este caso el proceso constituyente chileno nos muestra que están mandadas a recoger las visiones de nación en las cuales no se privilegie el interés general sobre el particular, nos enseña que el crecimiento alto y sostenido del PIB o la inmensa riqueza de algunas selectas corporaciones no significa nada si este progreso no se irriga a las mayorías, nos enseña que aunque algunos derechos pueden prestarse por intermediarios privados, la pretensión de acabar el Estado y dejarle toda la función prestacional esencial a tales privados es una utopía igual que el comunismo, Pinochet dejó su constitución antidemocrática a otros, nosotros dejamos una constitución moderna y democrática en manos de nuestro Pinochet, son lecciones que deben ayudarnos a comprender el fracaso rotundo del modelo que inspiraba a muchos de nuestros últimos gobernantes y el amplio descontento que estallará en Colombia por las injusticias de las EPS y los fondos de pensiones privados.
En Chile la mayoría de profesores y estudiosos del derecho se preguntan hoy: ¿Cómo fue posible esperar tanto tiempo para cambiar la constitución? y todos confluyen en que las causas de ese letargo son desconocidas, igualmente sucede en nuestro país en especial con el pésimo servicio de las eps.
En Colombia extremistas nostálgicos de Pinochet observaron la constituyente de Chile desde la perspectiva de un golpe de Estado ilegitimo aunque el constituyente primario fuera una mayoría abrumadora de casi 80% y, aunque cínicamente hace escasos 2 meses estaban pidiendo constituyente ya para librar de líos judiciales a su caudillo, la interpretación que le dan a los sucesos históricos de Chile es negativa , en el sentido en que condenan y detestan la caída de la Constitución de quien admiraban solapadamente como dictador y públicamente como modelo económico ejemplar, se cae el referente de la facción más extrema de la económica de mercado pura sin interferencia estatal.
Tales individuos aciertan en su lectura, la caída de su referente es un hecho, en cuanto la manifestación mayoritaria y contundente del pueblo chileno son a su vez una manifestación en contra de todas las formas de gobiernos que tuvieren como objetivo privilegiar a unos pocos y muy selectos privados únicamente, entregándoles hasta el dominio del agua, la salud o las pensiones en detrimento del interés general, aunque nuestra constitución es claramente neoliberal, nos diferenciamos en la gradualidad de tal hecho, en Chile la propiedad privada tiene una protección tan inviolable que llegado al punto hasta un privado puede comprar el agua de una región y el Estado no puede hacer nada en caso de que este se niegue e venderla a ciudadanos sedientos. Ellos quieren algo que nosotros ya tenemos, una Constitución humanista donde se respeta la propiedad privada pero ésta tiene una función social obligatoria y, no se puede en el papel, privilegiar el interés particular sobre el general. Seguramente los chilenos van a terminar con una Constitución moderna como la nuestra y seguro sacaran mejor provecho de ella que nosotros.
Pd: en Colombia como en Chile los gobernantes en el pico de su impopularidad y de las crisis, optaron por intentar deslegitimar las masivas protestas ciudadanas en lugar de escucharlas, en consecuencia Sebastián Piñera pasa desde hoy al ostracismo que merece alguien con su pequeñez histórica, tal como le sucederá a Iván Duque, quien seguramente será recordado en el futuro como el peor o el más poco relevante presidente de la historia.