Ni Impuesto a la fe ni al café
Por: Abogado Víctor David Aucenon Liberato
En Colombia se viene dando una discusión intensa debido a la crisis económica que se avecina, el ejecutivo ha demostrado su intención de afectar a los indefensos y clases medias con impuestos regresivos sobre bienes de consumo primario, como el café, en el llamado país cafetero, donde pobres desayunan, almuerzan o cenan muchas ocasiones con ese producto, u afectar directamente a la clase media cobrándoles renta a los que ganen mas de dos millones y medio.
En contraprestación un sector ínfimo de la oposición propuso con cierta cogida en redes, imponer impuesto proporcional a los ingresos a las iglesias(mas de 5000 cultos y creciendo) que según las cifras mas conservadoras obtienen ingresos superiores a los 8 billones anuales y 25 billones en patrimonio bruto, una propuesta audaz que merece ser discutida, pero con pocas posibilidades de convertirse en una realidad por:
1- la población : aunque la propuesta ha tenido aceptación, por la indignación que producen ciertos pastores ostentosos, con sus cobros casi extorsivos con indulgencias o maldiciones según el tamaño del cheque y otros como el pastor que se “voló” luego de ofrecer la venida de cristo. a pesar de esa indignación, Colombia sigue siendo un país muy religioso, cuando los indignados se enteren que tal impuesto no será exclusivo de pastores sino también de la iglesia católica reversaran su opinión ante el primer sermón, porque pese a que la revolución francesa fue hace mas de 200 años, aquí aun no sabemos separar el estado de la religión.
2-los políticos: no existe voluntad política del legislativo, peor en años electorales, debido tienen componendas previas, incluida la mermelada directa con las iglesias cristianas y sus lideres como el caso del viceministro del interior baena, o indirectamente con el apoyo soterrado de la iglesia católica en su agenda moralista, no en vano varios congresistas ”fueron” pastores..
3- el gobierno: este gobierno es ultra conservador por lo tanto, no respeta la separación estado iglesia, no iría en contra de los cultos que lo apoyaron, apoyar ese impuesto es tener enemigos muy poderosos, como ya le paso a la congresista que apoyo esa iniciativa, quien fue llamada incitadora de la pedofilia por parte de un líder cristiano con mucha influencia, de ese tamaño seria el debate, el bien divino contra el mal terrenal, los enemigos de dios contra sus ciervos.
4- la justicia: no es probable que exista una voluntad en ese aspecto, pues se requeriría un cambio jurisprudencial importante, que no dio la corte constitucional en su apoca dorada, un impuesto a las iglesias puede ser considerado una carga constitucionalmente desproporcionada contra el derecho fundamental a la libertad de culto, que se representa en las iglesias, en mi caso considero, una carga impositiva a una labor que en principio e idealmente no tiene animo de lucro, y que es una prestación intangible como la espiritualidad y la fe es muy difícil de justificar, por su calidad de donación, por su carácter donación “divina”, y por su ambigüedad, ahora bien es innegable que la mayoría ven en este ejercicio eclesiástico una oportunidad de enriquecerse( y poder político), pero regular que proporción de donaciones religiosas van a parar al bolsillo personal del pastor y que porcentaje van a parar al mantenimiento de los templos, labores electorales u “obras sociales” seria una intromisión mas grave que cobrarles impuestos, seria como decirles en que gastarlos, un ataque directo a su libertad, por otra parte si lograra establecerse que la mayoría de esos ingresos son para amasar fortunas personales como sucede, quien se puede meter en la libertad de esos fieles que deciden que su pastor, líder, dios, semidiós, profeta tiene que vivir como un rey entre lujos, así ellos vivan en la más absoluta miseria, sería un exabrupto, que esa libertad asociada a lo divino sea coartada con un impuesto, una barrera de acceso a lo divino, un impuesto a las iglesias sería un impuesto a la fe.
Y es que no estamos hablando de una empresa cualquiera, una iglesia es sagrada para quienes en ella creen, es algo fuera de lo terrenal, de ella depende su cosmovisión, en muchos casos su motivación, su animo , sus esperanzas y hasta su salud, quienes no profesamos la fe y creemos que es un engaño o quienes creen que la iglesia católica no usufructúa riquezas (o disimula mejor porque ya lo hizo durante siglos y de manera mas grotesca)debemos entender la posición de los fieles para no ocasionar una violación a un derecho fundamental tan importante.
dichas riquezas sin gravamen producen mucha indignación, pero no existe una forma de contrarrestar esto, sin que sea peor la solución en términos de libertades y derechos fundamentales que el problema(la crisis económica), lo único viable para contrarrestar el abuso terrenal sobre lo divino, es limitar el acceso de lideres religiosos a ciertos cargos públicos como ocurre en otros países, incluso si renuncian a la iglesia, e impulsar el estado laico, que el estado no se entrometa con las religiones ni siquiera con impuestos pero que tajantemente tampoco las iglesias se entrometan en asuntos de estado(este debate puede ser una oportunidad para negociar) para que posturas moralistas religiosas no sean llevadas al mundo legal sin una argumentación completamente secular, lo que evitaría futuros problemas, como la reciente participación indebida que tuvo el tema religioso en el debate de la eutanasia, o en otros debates importantes como la adopción de lgtbi, la seguridad social de los mismos, métodos anticonceptivos. células madre, aborto, educación publica, etc…
En contraprestación un sector ínfimo de la oposición propuso con cierta cogida en redes, imponer impuesto proporcional a los ingresos a las iglesias(mas de 5000 cultos y creciendo) que según las cifras mas conservadoras obtienen ingresos superiores a los 8 billones anuales y 25 billones en patrimonio bruto, una propuesta audaz que merece ser discutida, pero con pocas posibilidades de convertirse en una realidad por:
1- la población : aunque la propuesta ha tenido aceptación, por la indignación que producen ciertos pastores ostentosos, con sus cobros casi extorsivos con indulgencias o maldiciones según el tamaño del cheque y otros como el pastor que se “voló” luego de ofrecer la venida de cristo. a pesar de esa indignación, Colombia sigue siendo un país muy religioso, cuando los indignados se enteren que tal impuesto no será exclusivo de pastores sino también de la iglesia católica reversaran su opinión ante el primer sermón, porque pese a que la revolución francesa fue hace mas de 200 años, aquí aun no sabemos separar el estado de la religión.
2-los políticos: no existe voluntad política del legislativo, peor en años electorales, debido tienen componendas previas, incluida la mermelada directa con las iglesias cristianas y sus lideres como el caso del viceministro del interior baena, o indirectamente con el apoyo soterrado de la iglesia católica en su agenda moralista, no en vano varios congresistas ”fueron” pastores..
3- el gobierno: este gobierno es ultra conservador por lo tanto, no respeta la separación estado iglesia, no iría en contra de los cultos que lo apoyaron, apoyar ese impuesto es tener enemigos muy poderosos, como ya le paso a la congresista que apoyo esa iniciativa, quien fue llamada incitadora de la pedofilia por parte de un líder cristiano con mucha influencia, de ese tamaño seria el debate, el bien divino contra el mal terrenal, los enemigos de dios contra sus ciervos.
4- la justicia: no es probable que exista una voluntad en ese aspecto, pues se requeriría un cambio jurisprudencial importante, que no dio la corte constitucional en su apoca dorada, un impuesto a las iglesias puede ser considerado una carga constitucionalmente desproporcionada contra el derecho fundamental a la libertad de culto, que se representa en las iglesias, en mi caso considero, una carga impositiva a una labor que en principio e idealmente no tiene animo de lucro, y que es una prestación intangible como la espiritualidad y la fe es muy difícil de justificar, por su calidad de donación, por su carácter donación “divina”, y por su ambigüedad, ahora bien es innegable que la mayoría ven en este ejercicio eclesiástico una oportunidad de enriquecerse( y poder político), pero regular que proporción de donaciones religiosas van a parar al bolsillo personal del pastor y que porcentaje van a parar al mantenimiento de los templos, labores electorales u “obras sociales” seria una intromisión mas grave que cobrarles impuestos, seria como decirles en que gastarlos, un ataque directo a su libertad, por otra parte si lograra establecerse que la mayoría de esos ingresos son para amasar fortunas personales como sucede, quien se puede meter en la libertad de esos fieles que deciden que su pastor, líder, dios, semidiós, profeta tiene que vivir como un rey entre lujos, así ellos vivan en la más absoluta miseria, sería un exabrupto, que esa libertad asociada a lo divino sea coartada con un impuesto, una barrera de acceso a lo divino, un impuesto a las iglesias sería un impuesto a la fe.
Y es que no estamos hablando de una empresa cualquiera, una iglesia es sagrada para quienes en ella creen, es algo fuera de lo terrenal, de ella depende su cosmovisión, en muchos casos su motivación, su animo , sus esperanzas y hasta su salud, quienes no profesamos la fe y creemos que es un engaño o quienes creen que la iglesia católica no usufructúa riquezas (o disimula mejor porque ya lo hizo durante siglos y de manera mas grotesca)debemos entender la posición de los fieles para no ocasionar una violación a un derecho fundamental tan importante.
dichas riquezas sin gravamen producen mucha indignación, pero no existe una forma de contrarrestar esto, sin que sea peor la solución en términos de libertades y derechos fundamentales que el problema(la crisis económica), lo único viable para contrarrestar el abuso terrenal sobre lo divino, es limitar el acceso de lideres religiosos a ciertos cargos públicos como ocurre en otros países, incluso si renuncian a la iglesia, e impulsar el estado laico, que el estado no se entrometa con las religiones ni siquiera con impuestos pero que tajantemente tampoco las iglesias se entrometan en asuntos de estado(este debate puede ser una oportunidad para negociar) para que posturas moralistas religiosas no sean llevadas al mundo legal sin una argumentación completamente secular, lo que evitaría futuros problemas, como la reciente participación indebida que tuvo el tema religioso en el debate de la eutanasia, o en otros debates importantes como la adopción de lgtbi, la seguridad social de los mismos, métodos anticonceptivos. células madre, aborto, educación publica, etc…