Ley de Comida Chatarra en Colombia: Me sabe a chatarra
Por: Abogado Keivin Cardona Theran
Siempre he pensado que cuando creamos cercos, reglas y prohibiciones en relación con algo puntual, es cuando más se infringe esa conducta, es por lo que considero que el ordenamiento jurídico colombiano cada día se va volviendo pesado, cargado y aburrido desde el punto de vista legal.
Recientemente, el Congreso de la Republica ha mandado a sanción presidencial varios proyectos de ley que han pasado sus debates, entre ellos podemos citar: la Reducción de la Jornada laboral, la ampliación de la licencia de paternidad [licencia parental], la ley de la erradicación de la pobreza extrema en Cartagena y también se ha legislado sobre las protestas, en fin… se han reglado conductas que esperemos surtan efectos y se cumpla lo allí estatuido.
Hoy, puntualmente, quiero hablar de un proyecto de ley que fue aprobado en Cámara y Senado de la República, el cual está pendiente para ser sancionado por el Presidente de la Republica de Colombia, para luego ser ley de la república y es el llamado “LEY DE ETIQUETADO FRONTAL” o lo que coloquialmente llamamos ley de comida chatarra. Básicamente el objeto de esta ley es: “Artículo 1º. Objeto. La presente ley adopta medidas efectivas que promueven entornos alimentarios saludables, garantizando el derecho fundamental a la salud, especialmente de las niñas, niños y adolescentes, con el fin de prevenir la aparición de Enfermedades No Transmisibles. Mediante el acceso a información clara, veraz, oportuna, visible, idónea y suficiente, sobre componentes de los alimentos a efectos de fomentar hábitos alimentarios saludables.”[1]
¡Vaya! solamente de leerlo me causa satisfacción, pero tristeza a la vez porque ese objeto será más ignorado que los edictos en los periódicos.
Promueve esta ley que las compañías cambien las etiquetas de sus productos con el fin de llevarle al consumidor final la realidad de lo que se están consumiendo, estableciendo señales visuales, tales como: alimentos altos en azucares, en grasas saturadas o en otro componente que al consumirlo de manera matutina hacen daño al organismo humano.
Promueve esta ley también fortalecer los hábitos saludables, la alimentación balanceada y crear entornos saludables para minimizar y disminuir el crecimiento de las enfermedades asociadas a la obesidad y a los malos hábitos y prácticas alimenticias y promueve a través de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional, Organismo que nacerá con su expedición y entrada en vigencia, ejecutar actividades educativas, pedagógicas y didácticas que enseñen buenas prácticas de alimentación.
Lo mencionado son “virtudes” y beneficios que le dieron el espaldarazo a esta ley, a lo cual considero que todas esas promociones y avances ya estaban dadas en el país con los órganos que ya están previamente creados, tales como el INVIMA, el Ministerio de Salud y las Secretarías de Salud Departamentales y Distritales.
Ahora bien, haciendo una lectura de las experiencias de otros paises con la adopción de estas prácticas de estilos de vida saludables, encontré una crítica muy disiente de Karl Mutter, socio de CMS Rodríguez-Azuero, director de las áreas de Propiedad Intelectual y Derecho Sanitario y Farmacéutico, el cual expreso que: “…Los contras son las voces que afirman, aunque no conozco a profundidad ese tema, que las experiencias en otros países no han probado la eficacia de los objetivos de la norma y los hábitos de consumo de la población no han mejorado y, por el contrario, imponen cargas adicionales a las empresas que deben adaptar sus productos, lo cual lógicamente implica un esfuerzo económico.”[2].
De aquí quiero despegar mi crítica a esta ley de “comida chatarra” partiendo de referirme a la Subdirectora de Salud Nutricional de Colombia que en el marco de la celebración del día mundial de la Obesidad indicó que enColombia existe una prevalencia en adultos de 18 a 64 años con sobrepeso de 37,7 % y obesidad de 18,7 %, según la Encuesta Nacional de Salud Nutricional de 2015. "Esto significa que la prevalencia de personas con exceso de peso en Colombia, es del 56,4 %, por lo que se ha convertido en un problema en salud pública en el país."[3] Y ante ese panorama ¿Qué se está haciendo por parte del Estado para disminuir estos índices tan altos?
Por ser la obesidad un problema de salud pública debe el Estado empezar a propugnar por la debida alimentación de los hogares de los colombianos, garantizando que lleguen a las familias colombianas alimentos ricos en proteínas, carbohidratos y vegetales, para que los niños, niñas y adolescentes tengan el cuadro de alimentación balanceada y efectiva, lo cual haga que se minimice la ingesta de productos ricos en grasas saturadas y azucares y que el primer chip que debemos cambiar y también que en las familias se pueda incentivar el consumo de alimentos ricos en proteínas y carbohidratos con poca carga calórica, porque NO es a través de una ley que se van a disminuir estos altos índices de obesidad.
Otro punto importante a tocar como crítica a esta ley, es que actualmente existe la obligatoriedad de fijar las tablas nutricionales en los alimentos procesados, es así que el MinSalud de la mano con el INVIMAestablece que es obligación de las empresas colocarlas,[4] ello para que el consumidor final sepa de qué está constituido dicho alimento y así tome la determinación de si lo adquiere para su consumo o no, por lo tanto la pregunta aquí seria: ¿los colombianos al adquirir un producto procesados nos detenemos a leer esa etiqueta o tablas nutricionales para verificar los azucares, los carbohidratos, el sodio, las grasas saturadas? La respuesta es Nunca, o si lo realizan sería en una muy baja proporción de los seres humanos, porque en realidad no es fácil leer y entender una etiqueta de tabla nutricional, máxime que la población colombiana vive del día a día, del rebusque, de cómo le vaya, de lo que encuentre y no puede ser limitante para el consumo de sus alimentos diarios adquirir un producto que se ajuste milimétricamente a lo que debe ser saludable, pues con grandes esfuerzos podemos alimentarnos a la medida.
Factores como la necesidad, los altos niveles de pobreza, las altas tasas de natalidad, el sedentarismo, el teletrabajo, la era digital que viven nuestros niños y las redes sociales, hacen que la población presente y futura sufran de problemas como la obesidad, enfermedades asociadas a ella como la hipertensión, la glicemia, ansiedad entre otras, a lo cual pienso que, la solución no es crear una ley que regule cómo se deben comercializar los productos procesados o cuáles consumir y cuáles no, sino que lo que se debe hacer es implementar desde las familias la adopción de hábitos de vida saludable, realización de actividad física y/o deportiva y la enseñanza del consumo de los alimentos desde sus componentes nutricionales, luego en los colegios y escuelas en las horas de esparcimiento ofrecer frutas, alimentos ricos en carbohidratos, proteínas y no productos fritos, bebidas gaseosas, dulces… en fin.
Esta ley lleva envuelta la creación de una entidad con respecto a la cual creo que no es necesaria porque aumentaría los costos de administración del Estado, pues debe dotarla de persona idóneo para cumplir con la labor encomendada, dinero este que puede ser invertido en una buena política pública social que resultare ser más avasalladora y efectiva que una ley que resultará inane, fútil y vana.
Finalmente y a pesar de las diferencias, dejo por aquí dos posiciones con las cuales guardo acuerdo frente a la aprobación por parte del Congreso de la República de dicha ley:
Referencias:
[1]http://leyes.senado.gov.co/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/Ponencias/2021/gaceta_293.pdf
[2] https://www.portafolio.co/economia/gobierno/explicacion-de-ley-de-comida-chatarra-productos-etiquetados-553145
[3] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Obesidad-un-factor-de-riesgo-en-el-covid-19.aspx
[4] https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ENT/modulo-rotulado.pdf
[5] https://www.eltiempo.com/politica/congreso/proyecto-ley-sobre-la-comida-chatarra-deja-de-lado-la-informacion-de-riesgos-en-las-etiquetas-234956
Recientemente, el Congreso de la Republica ha mandado a sanción presidencial varios proyectos de ley que han pasado sus debates, entre ellos podemos citar: la Reducción de la Jornada laboral, la ampliación de la licencia de paternidad [licencia parental], la ley de la erradicación de la pobreza extrema en Cartagena y también se ha legislado sobre las protestas, en fin… se han reglado conductas que esperemos surtan efectos y se cumpla lo allí estatuido.
Hoy, puntualmente, quiero hablar de un proyecto de ley que fue aprobado en Cámara y Senado de la República, el cual está pendiente para ser sancionado por el Presidente de la Republica de Colombia, para luego ser ley de la república y es el llamado “LEY DE ETIQUETADO FRONTAL” o lo que coloquialmente llamamos ley de comida chatarra. Básicamente el objeto de esta ley es: “Artículo 1º. Objeto. La presente ley adopta medidas efectivas que promueven entornos alimentarios saludables, garantizando el derecho fundamental a la salud, especialmente de las niñas, niños y adolescentes, con el fin de prevenir la aparición de Enfermedades No Transmisibles. Mediante el acceso a información clara, veraz, oportuna, visible, idónea y suficiente, sobre componentes de los alimentos a efectos de fomentar hábitos alimentarios saludables.”[1]
¡Vaya! solamente de leerlo me causa satisfacción, pero tristeza a la vez porque ese objeto será más ignorado que los edictos en los periódicos.
Promueve esta ley que las compañías cambien las etiquetas de sus productos con el fin de llevarle al consumidor final la realidad de lo que se están consumiendo, estableciendo señales visuales, tales como: alimentos altos en azucares, en grasas saturadas o en otro componente que al consumirlo de manera matutina hacen daño al organismo humano.
Promueve esta ley también fortalecer los hábitos saludables, la alimentación balanceada y crear entornos saludables para minimizar y disminuir el crecimiento de las enfermedades asociadas a la obesidad y a los malos hábitos y prácticas alimenticias y promueve a través de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional, Organismo que nacerá con su expedición y entrada en vigencia, ejecutar actividades educativas, pedagógicas y didácticas que enseñen buenas prácticas de alimentación.
Lo mencionado son “virtudes” y beneficios que le dieron el espaldarazo a esta ley, a lo cual considero que todas esas promociones y avances ya estaban dadas en el país con los órganos que ya están previamente creados, tales como el INVIMA, el Ministerio de Salud y las Secretarías de Salud Departamentales y Distritales.
Ahora bien, haciendo una lectura de las experiencias de otros paises con la adopción de estas prácticas de estilos de vida saludables, encontré una crítica muy disiente de Karl Mutter, socio de CMS Rodríguez-Azuero, director de las áreas de Propiedad Intelectual y Derecho Sanitario y Farmacéutico, el cual expreso que: “…Los contras son las voces que afirman, aunque no conozco a profundidad ese tema, que las experiencias en otros países no han probado la eficacia de los objetivos de la norma y los hábitos de consumo de la población no han mejorado y, por el contrario, imponen cargas adicionales a las empresas que deben adaptar sus productos, lo cual lógicamente implica un esfuerzo económico.”[2].
De aquí quiero despegar mi crítica a esta ley de “comida chatarra” partiendo de referirme a la Subdirectora de Salud Nutricional de Colombia que en el marco de la celebración del día mundial de la Obesidad indicó que enColombia existe una prevalencia en adultos de 18 a 64 años con sobrepeso de 37,7 % y obesidad de 18,7 %, según la Encuesta Nacional de Salud Nutricional de 2015. "Esto significa que la prevalencia de personas con exceso de peso en Colombia, es del 56,4 %, por lo que se ha convertido en un problema en salud pública en el país."[3] Y ante ese panorama ¿Qué se está haciendo por parte del Estado para disminuir estos índices tan altos?
Por ser la obesidad un problema de salud pública debe el Estado empezar a propugnar por la debida alimentación de los hogares de los colombianos, garantizando que lleguen a las familias colombianas alimentos ricos en proteínas, carbohidratos y vegetales, para que los niños, niñas y adolescentes tengan el cuadro de alimentación balanceada y efectiva, lo cual haga que se minimice la ingesta de productos ricos en grasas saturadas y azucares y que el primer chip que debemos cambiar y también que en las familias se pueda incentivar el consumo de alimentos ricos en proteínas y carbohidratos con poca carga calórica, porque NO es a través de una ley que se van a disminuir estos altos índices de obesidad.
Otro punto importante a tocar como crítica a esta ley, es que actualmente existe la obligatoriedad de fijar las tablas nutricionales en los alimentos procesados, es así que el MinSalud de la mano con el INVIMAestablece que es obligación de las empresas colocarlas,[4] ello para que el consumidor final sepa de qué está constituido dicho alimento y así tome la determinación de si lo adquiere para su consumo o no, por lo tanto la pregunta aquí seria: ¿los colombianos al adquirir un producto procesados nos detenemos a leer esa etiqueta o tablas nutricionales para verificar los azucares, los carbohidratos, el sodio, las grasas saturadas? La respuesta es Nunca, o si lo realizan sería en una muy baja proporción de los seres humanos, porque en realidad no es fácil leer y entender una etiqueta de tabla nutricional, máxime que la población colombiana vive del día a día, del rebusque, de cómo le vaya, de lo que encuentre y no puede ser limitante para el consumo de sus alimentos diarios adquirir un producto que se ajuste milimétricamente a lo que debe ser saludable, pues con grandes esfuerzos podemos alimentarnos a la medida.
Factores como la necesidad, los altos niveles de pobreza, las altas tasas de natalidad, el sedentarismo, el teletrabajo, la era digital que viven nuestros niños y las redes sociales, hacen que la población presente y futura sufran de problemas como la obesidad, enfermedades asociadas a ella como la hipertensión, la glicemia, ansiedad entre otras, a lo cual pienso que, la solución no es crear una ley que regule cómo se deben comercializar los productos procesados o cuáles consumir y cuáles no, sino que lo que se debe hacer es implementar desde las familias la adopción de hábitos de vida saludable, realización de actividad física y/o deportiva y la enseñanza del consumo de los alimentos desde sus componentes nutricionales, luego en los colegios y escuelas en las horas de esparcimiento ofrecer frutas, alimentos ricos en carbohidratos, proteínas y no productos fritos, bebidas gaseosas, dulces… en fin.
Esta ley lleva envuelta la creación de una entidad con respecto a la cual creo que no es necesaria porque aumentaría los costos de administración del Estado, pues debe dotarla de persona idóneo para cumplir con la labor encomendada, dinero este que puede ser invertido en una buena política pública social que resultare ser más avasalladora y efectiva que una ley que resultará inane, fútil y vana.
Finalmente y a pesar de las diferencias, dejo por aquí dos posiciones con las cuales guardo acuerdo frente a la aprobación por parte del Congreso de la República de dicha ley:
- Para las cámaras de la Industria de Alimentos y de la Industria de Bebidas de la Andiafirman a este diario que están a favor de que los consumidores reciban información clara, veraz y suficiente para tomar decisiones de consumo. No obstante, indican, “no parece adecuado que sea una ley la que defina de forma inamovible cómo se debe dar esa información”, y añaden que “el proyecto contiene varias aseveraciones que no son respaldadas con fundamentos científicos, ni responden a las prácticas regulatorias para alimentos y bebidas de la OMS”.
- Para la ANDI, existe un error de fondo: “asumir que la causa del sobrepeso radica principalmente en el consumo de alimentos industrializados, sin tener en cuenta que el origen de la obesidad es multifactorial (dieta, sedentarismo, nivel socioeconómico, políticas públicas, etc.)”.[5]
Referencias:
[1]http://leyes.senado.gov.co/proyectos/images/documentos/Textos%20Radicados/Ponencias/2021/gaceta_293.pdf
[2] https://www.portafolio.co/economia/gobierno/explicacion-de-ley-de-comida-chatarra-productos-etiquetados-553145
[3] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Obesidad-un-factor-de-riesgo-en-el-covid-19.aspx
[4] https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ENT/modulo-rotulado.pdf
[5] https://www.eltiempo.com/politica/congreso/proyecto-ley-sobre-la-comida-chatarra-deja-de-lado-la-informacion-de-riesgos-en-las-etiquetas-234956